Azitromicina: qué es, usos y efectos

Tabla de contenido

La azitromicina es un medicamento utilizado ampliamente para tratar distintos órganos, desde pulmones hasta el sistema gastrointestinal.

Actualmente, es clasificado por la Organización Mundial de la Salud como un antimicrobiano de suma importancia en la medicina actual.

La azitromicina adquirió popularidad en los medios de comunicación cuando un grupo de científicos afirmó que el uso concomitante de esta y el de la hidroxicloroquina son efectivos para tratar el COVID-19.

A lo largo del artículo, te explicaremos todo lo que debes saber sobre este medicamento tan hablado.

¿Qué es la azitromicina?

La azitromicina es un antimicrobiano usado para tratar una miríada de enfermedades (como veremos más adelante).

A pesar del aumento de su popularidad en los medios de comunicación, la azitromicina fue descubierta en 1980 por un grupo de investigadores en la antigua Yugoslavia. Un año después, fue patentado por la compañía Pliva.

Su comercialización internacional, especialmente en los Estados Unidos y Europa Occidental, inició a partir del año 1988.

Desde su introducción al mercado, se ha convertido en un antibiótico usado muy frecuente. Actualmente, es el 57° medicamento más prescrito en los EE.UU.

¿Para qué sirve la azitromicina?

La azitromicina es un medicamento antimicrobiano de amplio espectro. Esto significa que puede ser usado contra una plétora de bacterias susceptibles.

El término susceptible hace referencia a aquellas bacterias que son sensibles a ciertos antibacterianos y, por ende, ser eliminados con relativa facilidad.

La azitromicina es particularmente útil contra un grupo de bacterias denominadas Gram positivas (aquellas bacterias cuya pared se tiñen de púrpura durante estudios microscópicos).

También es usado contra bacterias Gram negativas (cuya pared se tiñe de rosado).

Estos dos tipos de bacterias son los agentes infecciosos más frecuentes en la práctica médica.

También es útil contra bacterias que no poseen pared celular (causantes de un tipo de neumonía) y otra clase de bacterias inusuales.

Composición de la azitromicina

La azitromicina es un macrólido y, a su vez, miembro de la subfamilia de los azálidos.

El medicamento prototipo (aquel fármaco del cual se deriva el resto), y más utilizado, es la eritromicina. Modificaciones en la estructura bioquímica de la eritromicina dan lugar a los azálidos.

El mecanismo de acción de los macrólidos en general es inhibir la síntesis de proteínas por parte de las bacterias. Específicamente, las proteínas bloqueadas juegan un rol de suma importancia en la división celular.

Los macrólidos son, en general, bacteriostáticos de acción lenta. No degradan ni destruyen a la bacteria, solo detienen la replicación de las bacterias. De esta manera, se impide que la infección evolucione.

Presentaciones y dosis de la azitromicina

Actualmente, la azitromicina se comercializa como un medicamento genérico. Su presentación más usual son tabletas, suspensiones orales, inyecciones intravenosas e incluso soluciones oftálmicas.

Su presentación oral se debe a que el medicamento es estable en un ambiente ácido (un pH muy bajo), como el estómago. Es llevada a los intestinos, donde es reabsorbida a la circulación y ejerce su función.

La concentración del medicamento en dosis cada presentación parte desde 2.5, 2 y 1 gramos. También existen presentaciones de 600 mg, 500 mg, 250 mg, 200 mg/5 mL y 100 mg/5 mL.

Enfermedades tratadas con azitromicina

Como ya hemos explicado, los macrólidos son antibióticos de amplio espectro.

Son efectivos como tratamiento contra enfermedades que afectan a distintos órganos, partiendo desde el aparato respiratorio (tráquea, laringe, bronquios y pulmones), pasando por infecciones de la piel hasta el aparato genital.

Bronquitis

Las infecciones de las vías respiratorias inferiores que afectan a los bronquios pueden ser tratadas con la azitromicina.

No todos los casos de bronquitis aguda requieren tratamiento antibiótico, pero en caso de necesitarlo la azitromicina forma parte de la primera línea de opciones que se administran al paciente.

Su eficacia radica en sus propiedades antiinflamatorias, que logran reducir la liberación de moléculas proinflamatorias o de radicales libres que generan una lesión en el tejido.

La bronquitis es causada, generalmente, por bacterias gram negativas tales como la Bordetella Pertussis, causante de la tos ferina, u otros tipos de bacterias, tales como la Chlamydia Pneumoniae y Mycoplasma Pneumoniae.

Estudios han demostrado que incluso bajas concentraciones de la azitromicina son capaces de inhibir la acción de estos dos últimos microorganismos.

Neumonía

La infección de los pulmones puede ser causada por un gran número de distintas bacterias.

Pacientes que padecen de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son más proclives a la neumonía por pérdida de las defensas de las vías aéreas.

Entre los agentes causales más comunes a causar una neumonía encontramos al Streptococcus Pneumoniae y el Haemophilus Influenzae. Se ha demostrado que el medicamento es altamente efectivo contra estos.

Sin embargo, dentro de las mismas especies de bacterias tratados con la azitromicina, existen cepas resistentes a esta porque han desarrollado mecanismos de defensa. Se les conoce como cepas resistentes.

A lo largo de los años, ha ocurrido un ascenso del número de susodichas cepas. A pesar de esto, la azitromicina continúa siendo un antibiótico altamente usado para tratar la mayoría de los casos.

Un estudio publicado en el Respiratory Medicine Journal demostró que el uso de la azitromicina redujo la tasa de hospitalización causada por neumonías o cualquier complicación causada por esto.

Enfermedades de transmisión sexual

Existe una plétora de enfermedades de transmisión sexual (ETS) que pueden ser tratadas utilizando la azitromicina, tales como la sífilis, las úlceras genitales (chancro blando), uretritis y cervicitis gonocócica y no gonocócica.

Un estudio publicado por el departamento de Microbiología de la Universidad de Islandia donde se comparaba la eficacia de la azitromicina contra la doxiciclina en 168 pacientes. De estos, 113 se les administró azitromicina durante cuatro semanas.

Más del 90% de los pacientes con gonorrea o clamidia demostraron resultados muy favorables, demostrando, nuevamente, la efectividad de este medicamento.

Infecciones del oído

La otitis media es generalmente causada por Haemophilus Influenzae, Moraxella Catarrhalis, o Streptococcus Pneumoniae; todos microorganismos que combaten la azitromicina.

No obstante, la azitromicina no es la primera opción contra las infecciones agudas del oído. Es la amoxicilina. Sin embargo, en pacientes que son alérgicos a este último, se emplea el uso de la azitromicina.

Infecciones nasales

El interior de nuestra nariz se encuentra recubierta con una capa mucosa, cuya función, entre muchas otras, es la de atrapar las sustancias extrañas inhaladas. Cuando existe una infección bacteriana a este nivel, se genera la inflamación.

En la mayoría de los casos, el responsable es un virus. No obstante, también pueden ser causadas por bacterias.

Cuando existe una infección persistente y de gravedad intermedia, se utilizan ciertos antibióticos, tales como la amoxicilina.

Infecciones de la garganta

La faringitis (inflamación de la faringe o garganta) puede ser causada por bacterias estreptocócicas. Generalmente, se utilizan los betalactámicos contra estos y no la azitromicina.

Esta última es utilizada en caso de alergias al primero. Sin embargo, la azitromicina ofrece una cierta ventaja porque contrarresta un mayor número de bacterias y puede eliminar aquellas que son particularmente resistentes.

Infecciones de la piel

En nuestra piel, residen multitudes de bacterias que actúan como una barrera al crear un ambiente tóxico para la mayoría de los microorganismos que la invadan.

Sin embargo, cuando existe una lesión en la piel, las bacterias benignas se tornan infecciosas al entrar en la piel y generar infecciones. En las infecciones de piel no complicadas, la azitromicina ha resultado efectiva y segura para la persona.

Un estudio publicado en el Journal of Antimicrobial Chemotherapy demostró que el fármaco erradicó aproximadamente un 90% de los agentes causantes de infecciones de la piel.

Infecciones gastrointestinales

La azitromicina es el tratamiento de elección para tratar la enteritis causada por Campylobacter.

Otro tipo de infecciones como la fiebre tifoidea o la enteritis causada por los especímenes de Shigella son usualmente tratados con otros antibióticos.

No obstante, estudios comparativos demostraron que la azitromicina ofrece beneficios similares con la de otros antibióticos (por ejemplo, ciprofloxacino) para tratar estas enfermedades.

También se administra la azitromicina como medida de seguridad para aquellos pacientes que requieren de cirugías colorrectales, evitando así posibles infecciones.

Contraindicaciones de la azitromicina

Las recomendaciones actuales a nivel mundial indican que administrar azitromicina a pacientes embarazadas requiere ser sopesado con prudencia. Solo si los posibles beneficios vencen a los posibles riesgos, se administra la azitromicina.

No se han detectado complicaciones derivadas de su administración en pacientes embarazadas. Sin embargo, la comunidad médica advierte el continuo estudio del medicamento.

La azitromicina puede alcanzar niveles significativos de acumulación en la leche materna (hasta un 50%).

Al igual que en el punto anterior, no existe suficiente evidencia médica para dictaminar una afirmación positiva o negativa sobre su uso durante la lactancia.

A pesar de ello, la azitromicina está contraindicada actualmente en embarazadas y lactantes.

Precauciones de la azitromicina

Los pacientes con problemas cardiovasculares preexistentes, se encuentren bajo tratamiento para tratar las arritmias, o bajos niveles de potasio y magnesio en sangre presentan un mayor riesgo de desarrollar efectos cardíacos adversos.

La razón principal es la perturbación de la actividad eléctrica del corazón por efecto del macrólido generando actividades irregulares y, subsiguientemente, a las arritmias y fallas cardíacas.

Otra precaución es la administración indiscriminada del fármaco para infecciones que no la requieran, que conlleva a una pérdida de su efectividad ya que el microorganismo desarrolla mecanismos defensa contra la azitromicina.

Por ende, las recomendaciones internacionales sitúan a la azitromicina como un fármaco utilizado solo para ciertos casos que lo ameriten.

Efectos secundarios de la azitromicina

Se han registrado efectos adversos por la administración de este medicamento. Sin embargo, estos efectos no deseados son raros, la mayoría solo ocurren en el 0.7% de los casos. Otros, por otra parte, son más comunes.

Desórdenes gastrointestinales

Las alteraciones gastrointestinales son los efectos adversos más observados. Entre estos, tenemos: diarrea, náuseas, vómito y dolor abdominal.

Un estudio publicado por el International Journal of Antimicrobial Agents demostró que, en pacientes con bronquitis crónica tratados con azitromicina, presentaron síntomas adversos en al menos un 18.3% de los casos.

En ciertos casos, también se ha reportado una reacción de hepatotoxicidad por daño al hígado, efecto de la azitromicina.

Desórdenes del sistema nervioso

Las alteraciones neurológicas son menos comunes que las anteriores, pero se han reportado casos donde la persona desarrolla nerviosismo e incluso delirio. Sin embargo, estos casos ocurrieron, principalmente, en pacientes de la tercera edad.

Se han reportado casos donde pacientes, a los cuales se les administraba azitromicina, desarrollaron una sordera moderada a grave por afectación neuronal y sensitiva a nivel del oído interno.

Reacciones alérgicas cutáneas

Las reacciones de hipersensibilidad son posibles complicaciones o reacciones adversas.

Entre estas, encontramos la aparición de un exantema (sarpullido), fiebre, prurito (sensación de picor) y eosinofilia.

Este último es un parámetro utilizado por laboratorios para determinar si ocurrió una reacción alérgica al medicamento.

Fatiga

La fatiga ha sido otro efecto secundario observable en estudios clínicos experimentales en adultos.

En este caso, la fatiga no es un efecto directo de las acciones bioquímicas del fármaco. Es secundario a la aparición de alteraciones en otros sistemas del cuerpo, tales como las alteraciones hematológicas o daño al hígado.

Vértigo

En la población anciana, o aquellos con alguna clase de insuficiencia renal o hepática, puede ocurrir acumulación de azitromicina a nivel sanguíneo. Por extensión, se acumula en mayores cantidades en los tejidos.

Ciertos tejidos, tales como el hígado, usualmente, y las partes internas del oído. La afectación de estas últimas por efecto de un medicamento se denomina ototoxicidad.

Como el oído interno se encuentra involucrado en la coordinación de movimientos, la postura y equilibrio, sus alteraciones llevan a síntomas tales como el tinitus y vértigo.

Alteraciones visuales

Ciertas bacterias pueden afectar el globo ocular, tales como la Chlamydia Trachomatis. Para tratarlas, se administra la azitromicina en su presentación oral o en gotas oftalmológicas.

Como respuesta adversa al fármaco, puede ocurrir irritación del globo ocular, una sensibilidad desproporcionada hacia la luz (fotosensibilidad), sensación de ardor e incluso visión borrosa.

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Enmanuel Da Silva

Enmanuel Da Silva

Estudiante de 3er año de Medicina. Escritor desde hace 2 años. Interesado en neuroanatomía, neurología, neuropsicología, psicología y psicología del aprendizaje.