Todos conocemos la distinción entre lo positivo y lo negativo. Es como blanco y negro, bueno y malo, etc. Por lo tanto, querer vivir una vida a través de la psicología positiva para alcanzar la felicidad y tener una actitud más positiva nos resulta natural.
Una vida positiva no es lo mismo que un objetivo específico, como dinero o una persona, eso es algo que no siempre se puede controlar y que además, tampoco te hará feliz.
Una vida positiva es algo que puedes controlar y cambiar desde adentro sin importar en qué parte del mundo estás, tu situación, quién eres o qué haces. Todo está en tu cabeza, tu pensamiento marca la única diferencia y son los pequeños detalles los que te acercarán a los mejores resultados.
Basta con darse cuenta de la forma de alcanzar una vida más simple y positiva para notar un cambio. En este artículo te enseñamos qué te puede ayudar a dejar de lado la negatividad y comenzar a vivir una vida positiva.
¿Qué es la vida positiva?
La positividad puede representar muchas cosas para muchas personas distintas. Sin embargo, en general, es pensar con optimismo, buscar soluciones, esperar buenos resultados y éxito, hacer la vida más feliz para uno y su alrededor.
Es un estado mental feliz y sin preocupaciones, que mira el lado positivo de la vida. Mientras que el diccionario de inglés Collins lo define como “El estado o la calidad de ser positivo”, para el psicólogo estadounidense, Martin Seligman, quien desarrolló el concepto de “psicología positiva”, es una mejor forma de acercarse a la psicología.
Claves para tener una vida positiva
Para tener una vida más positiva es importante poner en práctica el pensamiento positivo u optimismo, es un concepto en el que pensamos de forma eficaz y con la intención de ser más positivos.
Para comenzar a iluminar nuestra visión del mundo e infundir más positividad en nuestros patrones de pensamiento, tendremos en cuenta 12 puntos cruciales que pueden tener un impacto profundo en tu enfoque hacia la vida.
1. Desecha los pensamientos y actitudes negativas
Cualquier cosa que se te ocurra que te dañe, deséchala: situaciones, personas, canciones, lugares, fotos, etc. Experimenta el humor incluso en las situaciones más difíciles. Recuerda que todo pasa, así que déjalo ir y aprende de ello.
Por ejemplo, supongamos que fuiste despedido de un trabajo que odias, ahora piensa en todo lo que has aprendido en tu trabajo, y asegúrate de aprender una lección que puedas aplicar para el resto de tu vida.
Por otro lado, piensa en lo mal que lo has pasado ahí, y entendederas que todo pasa por algo. Seguramente, tu próximo trabajo será uno que sí disfrutes.
2. Aprende de tus fallas sin victimizarte
Nadie es perfecto. Todos cometemos errores. En vez de concentrarse en el fracaso, mejor enfócate en lo que puedes hacer bien la próxima vez.
Aprende a convertir los fracasos en lecciones. No te veas más como una víctima, sino como un alumno.
3. Evita rodearte de personas tóxicas y negativas
Cuando te rodeas de personas positivas, sus palabras afectarán tu propia línea de pensamiento. Salir con personas positivas mejorará tu vida y la de los demás de manera significativa.
De esa misma forma, esto sucede a la inversa. Si te juntas con personas negativas y tóxicas, ellas te hundirán en un ciclo de negatividad y pensamientos mediocres.
Según el famoso escritor de libros de autoayuda estadounidense, Tony Robbins, somos un reflejo de las personas que nos rodean. Algunas de estas personas vienen con la vida, nuestros padres, nuestros hermanos, familia.
Sin embargo, el resto son personas que elegimos, desde los amigos hasta la pareja. Elige con sabiduría y rodéate de gente positiva y alegre.
4. Agradece cada día
Practicar la gratitud reduce el estrés, mejora la autoestima y fomenta la resiliencia. Los estudios han descubierto que escribir en papel todo aquello por lo que estamos agradecidos cada día, por más pequeño y tonto que suene como el aroma del café de la mañana, puede mejorar nuestro optimismo y la sensación de bienestar.
Puedes empezar un diario de gratitud todos los días o anotando una pequeña lista de tres o cinco cosas por las que estás agradecido ese día, incluso si te lo estás pasando mal.
5. Enfócate en lo que tienes
Una de las mejores formas de sentirse bien es enfocándote en lo que ya tienes. En vez de pensar en todo lo que quieres o necesitas, mejor piensa en todo lo que ya has logrado y en todo lo que ya tienes, mostrando gratitud hacia ello. Pronto notarás una diferencia en tu forma de ver el mundo.
6. Disfruta de lo simple
Disfruta de los pequeños momentos del día. Realísticamente, los grandes momentos de la vida (como casarse, ser ascendido en un trabajo, el nacimiento de un hijo, o viajar por el mundo) se van dando con poca frecuencia.
La vida se compone tanto de esos grandes momentos, como de pequeñas victorias y simples placeres del día a día que nos recuerdan que estamos vivos.
Con la mentalidad adecuada, ver la puesta de sol, abrazar a un ser querido o caminar por tu vecindario en la mañana, es todo lo que necesitas para disfrutar estos pequeños momentos.
7. Concéntrate en el momento presente
Estar presente en el aquí y ahora es una buena manera de evitar pensamientos negativos, ya sea por recuerdos tristes del pasado, o por pensar en problemas que aún ni siquiera han llegado a tu vida.
Practica la meditación y ejercicios de respiración para posicionar tu mente en el aquí y ahora.
Según estudios la práctica de la meditación mindfulness, que se centra en esta perspectiva de estar presentes y ayuda a bajar significativamente los niveles de cortisol, la hormona que produce el estrés.
8. Evita criticar y juzgar a los demás
Al principio, puede resultar difícil detener el flujo negativo de pensamientos. Este cambio lleva tiempo.
Se paciente contigo mismo y primero trata de observar tus patrones de pensamiento. Cuando estos pensamientos aparezcan en tu cabeza, tómate un momento para contrarrestar cada pensamiento negativo con dos observaciones positivas.
9. Procura no compararte con otros
Compararse con los demás durante un mal día, es como escuchar canciones de amor al final de una relación. Nunca te hará sentir mejor.
Gasta esa energía en algo positivo. Alguien sabio dijo una vez que si te vas a comparar con algo, compara dónde estás hoy con dónde estabas ayer.
10. Establece metas y trabaja por ellas
Las metas positivas te hacen más responsable. Nos hace hablar menos y trabajar más, y nos obliga a actuar.
Además, al establecer un objetivo específico, podemos ver fácilmente si estamos en el camino correcto y nos ayuda a ver nuestros errores.
11. Evita las quejas
Quejarse de cualquier cosa, no conduce a una actitud positiva. Cuando te quejas sobre una persona, lugar o evento, sin ofrecer una solución para arreglar la situación no lleva a nada.
En lugar de quejarte, aléjate de la situación o cambia tu perspectiva y ofrece una solución.
12. Sonríe siempre que puedas
Sonreír libera endorfinas y serotonina, conocidas como hormonas del bienestar. Es más fácil adoptar una actitud positiva que favorece el bienestar.
Los estudios muestran que las personas que sonríen más seguido experimentan menos dolor que las que no lo hacen.
Beneficios de llevar una vida positiva
Una actitud positiva te hace más feliz y mejora tus relaciones e incluso aumenta tus posibilidades de éxito. Aunque, a veces, es difícil recordar mantenerse positivos de la vida. Es innegable que más positividad equivale a más felicidad.
Desde desarrollar amor propio hasta mejorar la salud mental y física. Con tantos beneficios, es fácil ver por qué ser más positivo puede ser necesario. Aquí verás algunas de las principales razones para ser positivo.
Fortalece la salud física
La buena salud es algo a lo que hay que estar atento, especialmente para los universitarios. Pensar en positivo ayuda a mejorar la salud.
Son muchos los factores estresantes en la vida, es fácil ver por qué pueden surgir pensamientos negativos y poco saludables, pero la mejor manera de mejorar cualquier situación es encontrar el lado positivo.
Disminuye el estrés y la ansiedad
Si eres más positivo, más felicidad y menos preocupación habrá en tu vida. De esta forma es más fácil minimizar el estrés.
¿Por qué preocuparse por cosas que no importarán a largo plazo? Mantén una mentalidad que cause menos estrés, por ejemplo cada vez que algo te preocupa pregúntate lo siguiente: ¿Esto afectará mi vida de acá a 10 años? Si la respuesta es no, entonces no te preocupes.
Aumenta la energía y la motivación
El pensamiento positivo incrementa la energía y la motivación. Esto se debe a que ante la presencia de los neurotransmisores, como la dopamina, que son segregados cuando pensamos en positivo, estos químicos estimulan la motivación.
Contribuye con el logro de los objetivos
El éxito puede depender de muchos factores, pero el aspecto más importante del éxito es la perspectiva.
Una perspectiva positiva te conducirá a más oportunidades potenciales, más motivación y ambición, y como resultado más éxito en general y a lo largo de tu vida.
Aumenta la perseverancia
El pensamiento positivo y el optimismo requieren coraje, decisión y persistencia. Pensar en positivo te hará siempre esperar algo mejor, algo más.
No te rendirás a la primera señal. Esto se traduce a una determinación o perseverancia inquebrantable.
Permite mantener el enfoque en soluciones
La positividad ayuda a mejorar la creatividad. A medida que nos volvemos más positivos, también aumenta nuestra creatividad casi automáticamente.
Mientras más positividad y más feliz eres, gracias a los neurotransmisores de los que hablamos previamente, como la dopamina, verás que tu productividad y la generación de nuevas ideas se aceleran.
Las posibilidades son infinitas a medida que te vuelves cada vez más positivo.
Contribuye con la tranquilidad, paz y felicidad
Este suele ser uno de los mayores objetivos de quienes buscan vivir una vida más positiva. La felicidad y la paz son de gran importancia en nuestras vidas. La clave para vivir una vida feliz y plena, es también que esta sea pacífica y significativa.
Es decir, la felicidad es una de las cosas más importantes que todos los seres humanos necesitan para sobrevivir.
Sin embargo, debes comprender que comprarte un auto o ganar la lotería no es sinónimo de felicidad. La felicidad puede ser también tener una familia sólida, un buen grupo de amigos, trabajar de lo que te apasiona, y especialmente, vivir una vida acorde con tus valores.
Por ejemplo, si tu valor principal es la libertad, tal vez tu búsqueda de la felicidad sea ser tu propio jefe. Si tu valor principal es la familia, tal vez tu felicidad sea formar una familia sana y feliz.
En fin, la felicidad se ve distinta para todos, solo debes emprender un viaje de autoconocimiento para saber cuál es la tuya.
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