Tipos de insomnio: características, causas y tratamiento

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En algún momento de nuestras vidas, hemos sido víctimas frecuentemente del mal dormir. Muchas veces se las atribuimos al cansancio del día o sencillamente no le damos importancia, sin embargo, podemos estar padeciendo de insomnio.

Este mal puede pasar desapercibido, porque como estamos en un mundo tan agitado y cambiante, ponemos atención a los eventos externos, sin observarnos a nosotros mismos.

A continuación, te presentamos un un artículo donde te damos la más amplia información sobre el insomnio.

¿Qué es el insomnio?

El insomnio es un trastorno del sueño frecuente, que causa dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo, o quizás puede hacer que te despiertes en la madrugada y no puedas volver a dormir. Por lo tanto, hay posibilidades de que sigas cansado cuando te despiertes.

El insomnio no solo puede acabar con tu energía y tu estado de ánimo, también puede afectar tu vida cotidiana, desempeño laboral y calidad de vida.

Muchas personas mayores experimentan insomnio a corto plazo, que dura unos días o algunas semanas, a causa del estrés o a un evento traumático. Pero algunas lo padecen a largo plazo, cuya duración es de un mes o más.

El insomnio, también es llamado “la agripnia”, y sus consecuencias más inmediatas son la somnolencia diurna, la baja concentración y la dificultad para mantener una vida activa.

La clasificación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su décima revisión (CIE-10), requiere para el diagnóstico de insomnio, que la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o no tener un sueño reparador, dure al menos 30 días y que conjuntamente, sea acompañada de fatiga durante el día, una sensación de malestar personal significativo y un deterioro social, laboral.

En este sentido, según estudio, “los trastornos del sueño son un motivo de consulta frecuente, tanto en medicina general como en psiquiatría”.

Otro artículo concluye, que existe una estrecha relación entre la salud de una y un sueño normal, esto porque el sueño cumple varias funciones fisiológicas necesarias para el buen funcionamiento del organismo como: la de restaurar la homeostasis del sistema nervioso central y del resto de los tejidos, restablecer los almacenes de energía celular y el almacenamiento y conservación de los datos en la memoria.

Causas del insomnio

Las causas que derivan en el insomnio son múltiples, dependiendo de su origen. Te presentamos a continuación las más relevantes:

Estrés

El estrés ocasionado por las preocupaciones derivadas con el trabajo, la escuela, las finanzas o la familia entre otras, pueden mantener la mente en alerta durante la noche, lo que dificulta el sueño.

Los sucesos traumáticos de la vida, como la muerte o la enfermedad de un ser querido, por ejemplo, también pueden derivar en un insomnio.

Un artículo titulado Estrés y sueño, establece que “Tanto la cantidad y la calidad del sueño se modifican por las variadas condiciones de estrés sufridas durante la vigilia”.

Ansiedad

Los trastornos de ansiedad son considerados problemas de salud mental, que se relacionan con experimentar en exceso el miedo, el nerviosismo, la preocupación o el terror.

La ansiedad constante o intensa, puede hacer que el individuo se sienta siempre en alerta. De acuerdo con un estudio, el insomnio se asocia a trastornos psiquiátricos.

Traumas emocionales

La persona que padece de estrés postraumático, puede tener reacciones de sorpresa cuando se les toca por la espalda o se les pase cerca sin querer. Por esta razón, a veces evitan lugares con mucha gente. Se encuentran en un estado de nerviosismo constante como si estuvieran siempre en guardia.

Otra consecuencia, es un constante estado de inquietud e irritabilidad. Síntomas que puede presentar es la dificultades para concentrarse y el insomnio. El insomnio puede reflejar el miedo de la persona a quedarse dormido y despertarse en medio de una pesadilla.

Un estudio indica que “El insomnio primario crónico está vinculado en su inicio a factores emocionales o eventos estresantes”.

Trastornos de salud

Las patologías asociadas con el insomnio incluyen el dolor crónico, el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas, el asma, la enfermedad del reflujo gastroesofágico, el hipertiroidismo, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, entre otras.

Por otra parte, el insomnio también produce el síndrome de las piernas inquietas el cual ocasiona un deseo constante de moverlas y la apnea causa trastorno en el ciclo del sueño, dando lugar al insomnio.

Un artículo titulado “Actualización sobre la incidencia y las causas del insomnio primario y secundario”, dice que dentro de las determinantes más frecuentes del insomnio secundario se encuentran las afecciones médicas como: cardiovascular, respiratoria, gastrointestinal, endocrina, reumática, neoplásica.

Consumo de fármacos

Fármacos de venta libre como analgésicos, productos para adelgazar, medicamentos para el resfriado y la alergia que contienen estimulantes, así como algunos antidepresivos y medicinas para el asma o la tensión arterial, alteran el sueño.

Medicamentos como: Alfabloqueantes, Betabloqueantes, Corticoesteroides, Antidepresivos ISRS, Inhibidores de la ECA, Inhibidores de la colinesterasa, entre otros, pueden causar insomnio.

Consumo de psicotrópicos y estupefacientes

La adicción a las drogas, que también conocida como “trastorno por consumo de sustancias”, afecta las funciones cognitivas y en consecuencia el comportamiento del individuo, produciendo la incapacidad de controlar el consumo de drogas legales o ilegales.

Las sustancias también adictivas como el alcohol, la marihuana y otras drogas causan insomnio. Estudios han demostrado que “tanto durante su uso como en período de abstinencia los consumidores tienen diferentes problemas de sueño y fundamentalmente un sueño más fragmentado”.

Cambios de horario

Los ritmos circadianos actúan como un reloj interno y regulan el ciclo circadiano, el metabolismo y la temperatura corporal y su alteración puede causar insomnio.

En el artículo Tratamiento del insomnio, se habla sobre el “Síndrome del cambio rápido de zona horaria (Jet Lag)”. Durante los viajes en avión, se produce un desajuste transitorio del ciclo sueño-vigilia, provocado por el cambio entre el horario geofísico del punto de partida y el de llegada. El reloj biológico interno del individuo es expuesto a otro ciclo geofísico al cual debe adaptarse.

Sedentarismo

La actividad física produce un consumo de energía muy grande, así como la liberación de algunas hormonas, como las endorfinas. Si no existe esfuerzo físico, no nos sentiremos cansados porque no hemos hecho un gasto significativo de energía.

El ejercicio produce metabolitos, que le advierten al organismo con un mensaje de necesidad de descanso, y si hay cansancio no sentiremos esta necesidad.

Las endorfinas, son hormonas que inciden en nuestra relajación y el ciclo de sueño-vigilia, y si no se liberan de forma adecuada, el organismo pierde la facilidad para sincronizarse en estos ciclos.

El sedentarismo tiene consecuencias que afectan la posibilidad de padecer insomnio. En un artículo de la “Universidad del Valle”, se “demostró que el 75 por ciento de las personas que realizan alguna actividad física regular tienen un sueño más reparador”.

Consumo excesivo de café

Por norma general las moléculas de adenosina se unen con receptores específicos, produciendo el sueño. La cafeína limita el funcionamiento de este químico.

En un artículo titulado “Los efectos de la cafeína”, dice que “la cafeína, que ayuda a aumentar la capacidad de atención y disminuir la sensación de sueño. Por lo tanto, no es un mito sino un hecho probado científicamente”.

Consumo de cigarrillo

Los consumidores de tabaco, y por ende de nicotina, pasan más tiempo en las etapas 1 y 2 del sueño NoREM, lo que contribuye a un sueño más irregular, y menor tiempo en la etapa 3 del sueño, que es el período donde se produce un sueño relajante y reparador.

Un estudio establece que “Una vez que se desarrolla la dependencia a la nicotina, el cuerpo se ha adaptado a mantener niveles estables de nicotina durante el día”.

De igual manera, el mencionado estudio también indica que “los síntomas más importantes del síndrome de supresión al tabaco son: insidia (desesperación por fumar), estado de ánimo disfórico o depresivo, irritabilidad, inquietud, ansiedad, insomnio, frustración, dificultad para concentrarse, aumento del apetito y constipación”.

Consumo de alcohol

En el artículo Generalidades del trastorno por consumo de alcohol, se expresa que el alcoholismo es una enfermedad primaria, crónica y con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influyen en su desarrollo y manifestaciones.

La enfermedad es comúnmente progresiva y fatal. Se caracteriza por la imposibilidad de control sobre el consumo de alcohol, a pesar de las consecuencias usualmente adversas y distorsión del pensamiento.

En otro artículo titulado Relaciones entre el sueño y la adicción, se dice que “las personas con abuso o dependencia de sustancias tienen mayor prevalencia de alteraciones del sueño”.

Tipos de insomnio

Existen diversas clasificaciones en la actualidad. A continuación te damos las más comunes en la literatura:

Crónico

Este surge como consecuencia de otras patologías y perjudica seriamente la actividad diaria con graves consecuencias físicas y psíquicas. El insomnio crónico, se define como aquel cuyo tiempo de padecimiento es más de un mes, pudiendo prolongarse por más tiempo.

Un estudio establece que “en el insomnio crónico el paciente describe quejas en el inicio o en el mantenimiento del sueño, con síntomas asociados durante el día”.

Agudo

El estrés laboral, familiares o situaciones traumáticas, son los motivos más frecuentes de este insomnio. El insomnio agudo está caracterizado por una duración inferior a 3 meses, donde también afecta la conciliación y el mantenimiento del sueño.

Un estudio estima que puede aparecer en respuesta a un precipitante o no, o como un síntoma más de un trastorno psiquiátrico (ansiedad lo más frecuente), o como efecto del consumo de alguna sustancia o droga.

De conciliación

La “Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Insomnio en Atención Primaria”, dice que este tipo de insomnio se produce generalmente en jóvenes, siendo la forma más frecuente de insomnio ligado a consumo de drogas, problemas médicos, insuficiencia cardíaca o algunos trastornos de tipo psiquiátricos, como los trastornos de ansiedad. Se caracteriza por una duración inferior a tres meses.

De mantenimiento

El paciente presenta problemas para mantener el sueño a lo largo de la noche, por la presencia de frecuentes interrupciones y/o períodos de vigilia. Se presenta frecuentemente en casos de problemas psíquicos y médicos ligados al envejecimiento, se altera la arquitectura del sueño y disminuye el tiempo de sueño profundo.

Despertar precoz

Se presenta cuando el individuo se despierta sin necesidad de una alerta externa. Parecen poseer un reloj biológico que les alerta cuando deben levantarse. Es un insomnio propio de las depresiones melancólicas y la persona no puede volver a conciliar el sueño.

Generalmente sucede antes de la hora de iniciar su jornada diaria de actividades.

Mixto

Aparece una combinación de dos o más tipos de los mencionados con anterioridad. Ocurren conjuntamente y de manera constante.

General

Se trata del insomnio más grave, porque el número de horas dormidas es poco. El paciente tarda en dormirse, no logra conciliar el sueño y despierta al poco tiempo.

Tratamiento para los tipos de insomnio

En la actualidad, el manejo terapéutico para el insomnio ha avanzado mucho. A continuación te mencionamos las más utilizadas, especialmente para atender el insomnio inicial y que se orientan al mínimo deterioro del organismo:

Dormir a la misma hora

Como parte de la estrategia para llevar una vida sana, es recomendable establecer un horario para el sueño. Recordemos que el tiempo estimado para dedicarle a dormir está entre 7 y 9 horas por la noche.

Despertarse a la misma hora

Así como se recomienda establecer un horario para iniciar el sueño, igualmente debe establecer una hora para el término del mismo. De allí en adelante programe su día con comodidad.

Evitar siestas diurnas

Por lo general las siestas vespertinas no alteran el sueño, pero si ya padeces de insomnio o deficiente calidad en el sueño, hacer una siesta podría aumentar el problema del insomnio. Las siestas largas y/o periódicas, alteran el cielo del sueño y pueden incidir en el padecimiento de insomnio.

Evitar consumir sustancias estimulantes en la tarde

El consumo de sustancias estimulantes tan cerca de la noche, pueden alargar el estado de alerta del consciente, haciendo el horario dedicado al sueño más reducido.

Evitar acostarse con hambre o muy lleno

Durante el sueño, el organismo trabaja en su recuperación a través de muchos procesos metabólicos, y para los cuales requiere de energía. Si te acuestas con hambre, tu organismo te exigirá calorías para realizar tus procesos metabólicos, situación que altera tu sueño.

Recientemente han surgido opiniones de que las comidas por la noche, especialmente aquellas que son abundantes y que realizamos antes de irnos a dormir, pueden alterar el organismo y los procesos digestivos.

Realizar ejercicio físico constante

El ejercicio físico además de acondicionar el organismo, libera endorfinas que dan la sensación de felicidad y que además actúa como un analgésico natural. Esto ayuda a conciliar con más facilidad el sueño.

Tomar un baño caliente antes de dormir

La ducha con agua caliente, ayuda a relajar los músculos y estimula la circulación sanguínea, mejora el sistema respiratorio y elimina las toxinas de la piel. Esto crea una alta sensibilidad al organismo para relajarse y entrar en un profundo sueño.

Practicar ejercicios de relajación

El yoga y la meditación, son actividades que contribuyen a la relación tanto del cuerpo como de la psique. Su práctica contribuye a prepararnos para el sueño.

Adecuar la habitación para el descanso

Indudablemente que la influencia del entorno aporta elementos para un sueño relajante. Diversos factores como tener una temperatura ambiente adecuada, una habitación higiénica y ordenada, quizás con ambiente musical relajante, inciden favorablemente para alcanzar el sueño. Esto evita un insomnio extrínseco.

Acudir a un especialista de ser necesario

En los casos en que no logremos alcanzar un sueño reparador, busquemos asesoramiento al respecto sobre cómo mitigar el insomnio. Acudamos sin temor a la consulta con un especialista.

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Jesús Torrealba

Jesús Torrealba

Profesional Universitario en el área de Recursos Humanos, Postgrado en Salud Ocupacional e Higiene del Ambiente Laboral, 14 años de experiencia en el área de la salud. Interesado en temas de Psicología, Salud Ocupacional, Medicina general.