Es una realidad: los seres humanos somos animales gregarios. No es casualidad que Aristóteles se refiriera a nuestra especie como animales políticos.
El deseo natural de convivir con otros y participar en la sociedad nos es inherente. Pareciera que la pandemia por coronavirus viniera a cuestionar esta condición que, como seres sociales, define categóricamente nuestro comportamiento.
Nota: A más de diez meses de comenzada la emergencia sanitaria global, diversos países alrededor del mundo han optado por imponer encierros parciales o absolutos. Dependiendo de la gravedad de la situación en cada caso, las medidas de restricción en términos de qué tanta libertad tienen las personas para transitar en las calles y reunirse con otros se han vuelto más severas.
A raíz de este encierro institucional, diversas manifestaciones de ansiedad se han vuelto cada vez más comunes.
El temor ante un contagio potencial ha atenazado a las personas durante casi un año, aunado a la angustia sostenida por la pérdida de un ser querido, la precariedad laboral que se decantó del encierro, o el terror producido por la desinformación en las redes sociales.
Estas emociones están a flor de piel, y cuando no se pueden canalizar de la manera adecuada, generan consecuencias importantes en el bienestar de las personas. Éstas son sólo algunas de las manifestaciones más comunes. (1)
1. Ataques de pánico
Una de las manifestaciones más extendidas de ansiedad, después de largos periodos de exposición a un entorno hostil, son los ataques de pánico.
Para destacar: De acuerdo con la Clínica Mayo, se trata de una crisis repentina en la que el paciente sufre un miedo potente, provocado por una amenaza real, potencial o ficticia. (2)
Quien experimenta un ataque de pánico siente que está perdiendo el control de una situación determinada, que lo sobrecoge y lo lleva a tomar decisiones impulsivas. En los casos más severos, las personas sienten que no pueden respirar, presentan mareos intensos y corren el riesgo de tener un ataque cardiaco.
2. Dificultad para prestar atención
La memoria y la concentración en actividades cotidianas se han visto mermadas a raíz del encierro. En lugar de sostener la atención por un espacio adecuado de tiempo, se ha observado un aumento significativo en los despistes que las personas experimentan en la vida diaria.
Las afectaciones se manifiestan también a nivel cognitivo. Además de ser incapaces de concentrarse en tareas específicas —que de otra manera, podrían llevar a cabo sin eventualidades mayores—, se ha visto una tendencia creciente a sentir confusión. Las personas sienten angustia por no poder concretarlas con la facilidad con lo que lo hacían antes, y dudan de sí mismas hasta la parálisis.
3. Irritabilidad social
A pesar que el distanciamiento social ha sido uno de los métodos más efectivos para detener la dispersión del virus, es una realidad que ha impactado negativamente en la manera en la que nos relacionamos con otros.
Nota: Es común que, en un espacio con concentraciones de gente importantes, las personas se sientan incómodas. De esta forma, se encierran en sí mismas, y encuentran obstáculos al momento de entablar conversaciones comunes.
La irritabilidad social es una condición que la pandemia ha acentuado. (3) Generalmente, las personas tienden a bloquearse cuando tienen que interactuar con alguien más. De esta forma, se quedan en blanco o tienen dificultades para expresarse, lo que les representa dificultades para desarrollarse funcionalmente.
4. Insomnio
Además de impactar en las relaciones sociales directas, la pandemia por Covid-19 ha desdibujado las relaciones laborales. Los espacios de trabajo han cambiado. Las jornadas, también.
De manera que las personas que han tenido que migrar sus horarios a las plataformas digitales han tenido que ajustar el ritmo de sus días para alternar entre las tareas domésticas y el cumplimiento de sus obligaciones en el trabajo.
Para destacar: A raíz de este estrés sostenido, según la cobertura de CNN en Español, las personas han perdido el sueño. Esta falta de descanso profundo ha producido, además, que no tengan el mismo rendimiento a nivel laboral. (4)
En promedio, una persona que padece de insomnio puede despertarse unas tres veces durante las noches, sin lograr conciliar el sueño durante la noche. Esta condición se acentúa durante periodos de angustia importantes, que impiden a los afectados dormir correctamente.
5. Taquicardias y ahogo
Si bien es cierto que existen matices distintos en los trastornos de ansiedad, es una realidad que el cuerpo somatiza los episodios de estrés generados por el padecimiento. En los casos más extremos, los pacientes sienten una opresión constante en el pecho, que muchas veces los conduce a una sensación de ahogo incontrolable.
De la misma manera, el cuerpo reacciona a este patrón anómalo de comportamiento con taquicardias fuertes. Estas señales no deben desestimarse, pues pueden evolucionar a ataques al corazón si la persona afectada padece de hipertensión o sobrepeso. (5)
Recomendaciones para combatir la ansiedad
- Uno de los remedios más efectivos para combatir la ansiedad son los ejercicios de respiración consciente.
- Prácticas como la meditación o el yoga promueven un ritmo pausado de inhalar y exhalar, que devuelven la calma a las personas.
- Hacer ejercicio de manera habitual para liberar la energía contenida en el organismo tras un periodo prolongado sin actividad.
- De la misma manera, aprender a identificar los pensamientos negativos y poder observarlos con distancia abunda a poder detener los patrones de ansiedad constantes.
- De otra forma, siempre es recomendable acercarse a un especialista, particularmente cuando los casos son más severos y requieran de algún tipo de medicamento.
Conclusiones claves
- A raíz de este encierro institucional y mundial que nos ha tocado, diversas manifestaciones de ansiedad se han vuelto cada vez más comunes. Esto se debe entre otras cosas al temor a un posible contagio, la pérdida de un ser querido, e incluso el terror producido por la desinformación.
- Las manifestaciones de ansiedad se pueden ver reflejadas en ataques de pánico, dificultad para prestar atención, insomnio, taquicardias, sensación de ahogo, entre otras.
- Te recomendamos hacer ejercicios de respiración consciente cuando te sientas agobiado, ansioso o con ataques de pánico. Así como también aprender a identificar los pensamientos negativos que te causen ansiedad o pánico.
- Igualmente es recomendado acudir a un especialista si por tus propios medios se te hace difícil combatir estos ataques o si requieres de un medicamento.
