Es importante tener un dominio sobre la forma en cómo percibimos los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor, pero aún más importante es tener dominio sobre la forma en cómo nos percibimos nosotros mismos, lo cual es conocido como autoestima.
Esta apreciación incide y puede afectar enormemente sobre la capacidad para interrelacionarnos y también en cómo podemos percibir los sucesos de nuestro entorno.
En el siguiente artículo, te explicamos en qué consiste la autoestima, cuáles son sus características esenciales y sus tipos.
¿Qué es el autoestima?
La autoestima es sencillamente una valoración positiva o negativa sobre la base de la percepción propia. Es también considerado un autoconcepto, es decir una apreciación de cómo alguien piensa, se evalúa o se percibe a sí mismo de manera consciente. (1)
En algunas oportunidades, esta valoración se hace en situaciones emocionales que no permiten una justa apreciación de lo que en realidad somos, es decir que es un estado circunstancial.
Nota: La autoestima es una evaluación o percepción subjetiva de sí mismo que generalmente se basa sobre las actuaciones que hemos tenido durante nuestra vida y de las experiencias vividas.
¿Cuáles son los tipos de autoestima?
La autoestima puede presentarse de diversas formas, dependiendo de la percepción temporal o permanente que tenga el individuo de sí mismo. A continuación te las mencionamos:
1. Alta y estable
Las personas ubicadas en este tipo de autoestima, tienen y conservan una percepción y autoimagen muy positiva. No se afectan por los comentarios negativos de otras personas y defienden su punto de vista. Adicionalmente logran desenvolverse de forma exitosa a lo largo de la vida.
Para destacar: Generalmente son personas estables, gozan de una apariencia saludable y tienen tendencia hacia el perfeccionismo.
2. Alta e inestable
En este grupo se encuentran aquellas personas que a pesar de valorarse positivamente, los estados emocionales negativos los hacen derrumbarse temporalmente.
Este tipo de persona no acepta posiciones contrarias ni acepta el fracaso. De igual manera, las personas incluidas en este tipo de autoestima se dejan influenciar por terceros y suelen descontrolarse fácilmente. No disponen de las suficientes defensas psicológicas para enfrentar circunstancias estresantes.
Debes saber: La palabra autoestima no es exclusiva del campo de la salud mental, ya que es utilizada en diferentes contextos.
3. Baja y estable
Aquí se ubican las personas que se infravaloran y piensan que no pueden lograr las cosas que se proponen. Su conducta está llena de indecisiones para actuar y existe el continuo temor a equivocarse.
Nota: Las críticas suelen socavar la poca seguridad que puedan tener y tienen mucha tendencia a la depresión. Esta conducta suele mantenerse estable en el tiempo.
4. Baja e inestable
Aquí están presentes aquellas personas que suelen mostrar bajo perfil y piensan que nunca podrán conseguir nada y huyen de los conflictos, así piensen que tienen la razón.
De igual manera, la persona muestra una total inseguridad en sus actos por lo que en ocasiones prefiere no realizarlos, suelen ser muy sensibles y con facilidad son presa de las situaciones estresantes. Raras veces muestran picos de alta autoestima, pero no suele durar mucho tiempo.
Debes saber: La autoestima baja o falta de autoestima, puede dar lugar a la aparición de trastornos emocionales como la depresión o ansiedad, trastornos de la personalidad, trastornos de la conducta alimentaria, adicciones o conductas suicidas.
5. Inflada
Esta es una clasificación adicional que utilizan algunos autores, para incluir a personas que se sienten superiores al resto que los rodean. No tienen el interés por escuchar las opiniones de otros individuos ni prestar atención a sus opiniones.
Para destacar: En general las personas con autoestima inflada son perfeccionistas, no toleran el fracaso, quieren ser el centro de atención y con frecuencia practican el bullying.
¿Cómo mejorar la autoestima?
Existen varias prácticas para mejorar la percepción que tenemos de nosotros mismos, sean positiva o negativa. A continuación te mencionamos algunas de ellas:
1. Evitar los pensamientos negativos
Una práctica muy efectiva pero que requiere quizás de ayuda adicional, es evitar los pensamientos negativos. Una forma de hacerlo, es rodearse de personas con pensamientos positivos y que realicen actividades de entretenimiento de forma grupal.
Nota: También incorporarse a otras actividades que entretengan tu mente y la alimenten de pensamientos y emociones positivas como las actividades deportivas, la meditación, el yoga, entre otras.
2. Determinar lo que se puede cambiar
Es incongruente trazarse metas imposibles o poco probables de lograr. En este aspecto, el individuo debe centrarse en lo que realmente puede hacer y cambiar, inclusive en su personalidad.
Importante: Nadie cambia las cosas o su personalidad de la noche a la mañana; este es un proceso que ocurre de forma paulatina y progresiva.
3. Valorar los logros y aceptar los fracasos
Otro aspecto importante para mejorar la autoestima, es valorar los logros obtenidos haciéndolos propios y dando consciencia de que las cosas sí se pueden lograr pero es necesario la participación de otros actores.
Para destacar: Otra terapia efectiva es aprender de los fracasos, evaluar lo que se pudo hacer y reservarlo en la experiencia como futura herramienta de apoyo.
4. Realizar actividades nuevas y fijarse metas factibles
Hacer las mismas cosas todos los días, impide el desarrollo de las capacidades físicas e intelectuales de las personas y también no permite medir hasta dónde pueden llegar tus acciones.
Por lo tanto, aceptar nuevos retos que representan una factibilidad en su logro, puede cambiar de forma positiva la percepción y la valoración de sí mismo.
Importante: El hombre pensante siempre ha necesitado de la ayuda de los demás para lograr sus objetivos. En este contexto, no te conviertas en la excepción.
Conclusiones Claves
- La autoestima es la percepción propia de cómo nos sentimos o valoramos.
- Generalmente es una evaluación subjetiva e introspectiva y suele ser influenciada por estados de ánimo temporales.
- La autoestima suele presentarse de dos formas, la autoestima baja y la autoestima alta, aunque existe una clasificación más detallada.
- Esta autovaloración, de manera negativa puede dar origen a una serie de trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad.
- La autoestima puede equilibrarse con la práctica de actividades que mejoren la autopercepción.
