Es un hecho científico que las dietas bajas en carbohidratos son las más efectivas a la hora de bajar de peso rápidamente.
No obstante, existen una serie de circunstancias que pueden estancar la pérdida de peso y hacernos sentir defraudados y desmotivados.
En el artículo de hoy, 14 razones por las que no estás perdiendo peso en una dieta baja en carbohidratos y cómo solucionarlo.
1. No estás reduciendo lo suficiente el consumo de carbohidratos
Si notas que tu peso empieza a estancarse, deberías plantearte limitar aún más la ingesta de carbohidratos.
Prueba tomando un máximo de 50 g de carbohidratos al día.
Para ello, deberás suprimir prácticamente todas las frutas, aunque puedes seguir tomando frutos rojos en pequeñas cantidades.
¿No funciona?
Intenta reducir temporalmente tu consumo a 20 g de carbohidratos al día.
Elabora tus platos con alimentos ricos en proteína, grasas saludables y verduras de hoja verde.
2. No comes alimentos naturales
Reducir los carbohidratos de tu dieta con productos procesados “bajos en carbohidratos” no es una buena idea.
Se trata de productos engañosos que en realidad están repletos de carbohidratos y son nocivos para tu salud.
Existen multitud de alimentos bajos en carbohidratos e incluso libres de carbohidratos que son naturales y totalmente saludables: cualquier tipo de carne, pescado, huevos, aceite de oliva virgen extra…
Recuerda también consumir la suficiente cantidad de grasa:
‚áì hidratos de carbono + ‚áì grasas = hambre, antojos y cansancio
3. Abusas de los productos lácteos
Un consumo excesivo de productos lácteos, aunque algunos contengan pocos carbohidratos, puede dificultar la pérdida de peso en una dieta baja en carbohidratos debido a su alto contenido en proteína.
Los aminoácidos que componen la proteína presente en los lácteos pueden provocar picos de insulina, la cual pone la energía en modo de almacenamiento.
Esto puede perjudicar la adaptación metabólica que nuestro organismo ha de experimentar para sacar el máximo provecho a una dieta baja en carbohidratos.
Evita la leche y reduce el consumo de yogur, queso y nata. La mantequilla es una excelente opción, pues es baja en proteína.
4. Estás perdiendo grasa sin darte cuenta
Perder peso no es lo mismo que perder grasa.
La mayoría de las personas que empiezan una dieta baja en carbohidratos suele perder mucho peso en la primera semana, pero se trata principalmente de peso líquido.
Con el tiempo, la pérdida de peso se reduce significativamente.
Asimismo, si es la primera vez que practicas ejercicios con pesas, es muy probable que estés ganando masa muscular al mismo tiempo que quemas grasa.
¿Cómo puedes saber si estás perdiendo grasa?
Mide tu perímetro abdominal con una cinta de medir y lleva un control mensual.
Presta atención a tus prendas de vestir: si te quedan más sueltas, estás eliminando grasa aunque la báscula no refleje pérdida de peso.
5. No practicas ejercicio correctamente
Elegir adecuadamente el tipo de ejercicio que practicas es fundamental para favorecer la pérdida de peso:
- Levantamiento de pesas
Mejora el ambiente hormonal y aumenta la masa muscular, lo cual te ayuda a bajar de peso a largo plazo.
- Entrenamiento en intervalos
Los intervalos de alta intensidad son una forma excelente de cardio que acelera el metabolismo y aumenta los niveles de la hormona del crecimiento.
- Actividades de baja intensidad
Ser activo y realizar alguna actividad de baja intensidad como caminar es también una buena idea.
A largo plazo, el ejercicio físico mejora tu salud metabólica aumentando músculo, ayudándote a perder peso y haciéndote sentir en buena forma.
6. Haces trampas muy a menudo
De vez en cuando, una pequeña comida con más carbohidratos de la cuenta no hace daño a nadie.
Pero si eres de esas personas que no puede controlarse y una pequeña comida se convierte en un día entero devorando comida basura, puedes arruinar todo el progreso conseguido.
Hacer trampas 1 o 2 veces a la semana se considera excesivo.
Si crees que sufres adicción a la comida, quizá la mejor solución sea evitar cualquier tipo de comida basura.
7. Te estresas con facilidad
Estar continuamente estresado y agobiado aumenta los niveles de las hormonas del estrés, por ejemplo, el cortisol.
Y tener unos niveles elevados de cortisol de forma permanente puede incrementar el hambre y los antojos de alimentos no saludables (1).
Intenta evitar el estrés haciendo ejercicios de respiración y relajación, leyendo un libro o practicando tu hobby favorito.
8. Comes demasiados frutos secos
Los frutos secos tienen una elevada densidad energética, es decir, muchas calorías por gramo.
Esto quiere decir que podemos comer grandes cantidades sin sentirnos saciados, lo que equivale a un consumo enorme de calorías.
Si recurres muy a menudo a los frutos secos como aperitivo, intenta sustituirlos por cualquier otro aperitivo menos “adictivo”, controlar la cantidad que comes o, simplemente, evitarlos.
9. Tomas muchos edulcorantes
Algunos edulcorantes artificiales no contienen calorías.
Sin embargo, pueden afectar tu apetito de tal forma que te incitan a aumentar el consumo de calorías (2).
Asimismo, la ingesta de edulcorantes artificiales está asociada a un aumento de peso a largo plazo.
Esto no se aplica a todas las personas, pero si notas que no estás perdiendo peso y estás consumiendo muchos edulcorantes, intenta evitarlos lo máximo posible.
10. No duermes las horas necesarias
Muchos estudios científicos han confirmado que la falta de sueño está relacionada con el aumento de peso y la obesidad (3).
La falta de sueño aumenta el apetito, el cansancio y disminuye la motivación para hacer ejercicio y comer de forma saludable.
Si estás reduciendo carbohidratos, practicando ejercicio y consumiendo suficientes grasas, pero no estás durmiendo lo suficiente, es muy probable que no veas los resultados deseados.
Si tienes problemas para dormir, intenta lo siguiente:
- Duerme completamente a oscuras.
- Evita la cafeína después de las 2 p. m.
- Evita tomar alcohol y hacer ejercicio durante las horas próximas a acostarte.
- Intenta fijar una hora para irte a la cama cada día.
- Haz algo relajante antes de dormir, por ejemplo, leer.
11. Estás consumiendo muchas calorías
Las dietas bajas en carbohidratos son tan efectivas gracias a su efecto reductor del apetito que te impulsa a consumir menos calorías incluso sin intentarlo.
Sin embargo, puede que necesites contar las calorías que ingieres si ves que tu peso se ha estancado y estás haciendo todo bien.
Hoy en día, existen muchas aplicaciones móviles que pueden echarte una mano a la hora de llevar un registro de las calorías que consumes.
Intenta reducir tu consumo hasta alcanzar un déficit de 500 cal al día durante cierto periodo de tiempo.
12. Alguna enfermedad se ha cruzado en tu camino
El aumento de peso es uno de los efectos secundarios de muchos medicamentos.
Si estás tomando alguna medicación, consulta el prospecto y si el “aumento de peso” aparece en la lista, pide a tu médico que te recete otro medicamento.
Algunas enfermedades relacionadas con desórdenes hormonales, como el hipotiroidismo, también provocan aumento de peso.
Si crees que puedes sufrir algún problema de este tipo, acude a tu médico para descartar opciones.
13. Tus expectativas no son realistas
Perder peso requiere tiempo: no es una carrera, sino una maratón.
Medio kilo o un kilo a la semana es un objetivo razonable que se puede lograr.
Sin embargo, has de tener en cuenta que unas personas pierden peso más rápido que otras y no todo el mundo puede alcanzar el peso de una modelo de pasarela.
En un momento dado, alcanzarás un peso más o menos fijo que puede ser más elevado de lo que esperabas.
14. Llevas mucho tiempo recortando carbohidratos
Seguir un déficit de calorías durante un periodo muy prolongado puede reducir tu tasa metabólica.
Prueba a descansar durante unos dos meses procurando mantenerte en el peso logrado y ganar un poco de masa muscular.
Por supuesto, esto no quiere decir volver a tu estilo de vida anterior, simplemente aumentar los carbohidratos y seguir comiendo sano y practicando ejercicio.
(1) http://www.psyneuen-journal.com/article/S0306-4530%2800%2900035-4/abstract
(2) http://www.eufic.org/article/es/artid/El-papel-de-los-edulcorantes-bajos-en-calorias/
(3) http://www.uhu.es/publicaciones/ojs/index.php/amc/article/view/1930/1918
