¿Alguna vez te has preguntado el porqué sientes un hormigueo en tu brazo cuando duermes sobre él?
Estas son sensaciones comunes que casi todos hemos experimentado en algún punto. Su respuesta yace en cómo el cuerpo recibe y procesa los estímulos de nuestro entorno: mediante el sistema nervioso central.
En este artículo te explicaremos todo lo que debes saber sobre esta sensación incómoda que, en la mayoría de veces, es un fenómeno benigno.
¿Qué es la parestesia?
La parestesia es la sensación de cosquilleo, ardor, adormecimiento o hormigueo que la persona puede experimentar al sentarse con las piernas cruzadas durante mucho tiempo o al golpearse un nervio.
En condiciones normales, los estímulos captados por nuestro cuerpo son enviados, mediante fibras nerviosas somáticas aferentes, a la médula espinal y el encéfalo.
Inversamente, una respuesta puede ser enviada desde estos dos últimos hasta el resto del cuerpo (por ejemplo, las extremidades) mediante fibras eferentes.
Cuando un nervio se ve comprimido, la región de la piel que le corresponde se ve afectada.
Normalmente, la parestesia ocurre en los brazos, manos, las piernas y pies. Dependiendo de la gravedad y duración de la parestesia, las funciones motoras pueden verse comprometidas.
Causas de la parestesia
Dependiendo de la causa, la parestesia puede ser transitoria y de poca duración, así como prolongada o intermitente a lo largo de días o semanas.
Las parestesias de carácter crónico, en plazos de tiempo prolongado, se les conoce como parestesia de Bernhardt.
Accidentes cerebro vasculares
Una de las causas de parestesia prolongada son de origen vascular, originados en el sistema nervioso central.
Los accidentes cerebro vasculares (ACV) ocurren por un riego insuficiente de sangre al cerebro que conduce a la isquemia (falta de oxígeno) y posteriormente a la necrosis.
La parestesia, junto a un déficit sensorial generalizado, caracterizan clínicamente a los ACV. Los infartos en el diencéfalo o el mesencéfalo pueden generar parestesia también.
El síndrome de Cheiro-oral se caracteriza por una parestesia y déficit sensorial de las manos y dedos del mismo lado de la lesión, ocasionado por múltiples infartos pequeños en la médula y corteza cerebral.
Ataques isquémicos transitorios
Un ataque isquémico transitorio es un episodio de disfunción neurológica de origen vascular, sin evidencia de infarto en las técnicas de imagen.
Las isquemias transitorias ocurren cuando el paso de la sangre se ve obstruido, pero no lo suficiente para llevar a la muerte del tejido.
Pueden ser causadas por trombos (coágulos sanguíneos), émbolos, lesiones en los vasos sanguíneos o cualquier impedimento al paso de la sangre.
Puede presentarse como una pérdida de la sensibilidad y debilidad general de un lado del cuerpo (hemiparestesia), que generalmente no perduran más de una hora.
Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple (EM) es un trastorno nervioso, crónico y autoinmune, causado por la desmielinización de los axones de las fibras nerviosas.
Los síntomas más comunes son el dolor y el déficit sensorial. Un estudio por el European Journal of Neurology publicó los resultados de una serie de exámenes neurológicos y entrevistas a 142 pacientes con EM.
105 y 93 personas reportaron déficits sensoriales y dolor, respectivamente. Los síntomas descritos con mayor frecuencia eran la parestesia, neuralgia, y el dolor muscular profundo.
Importantes factores de riesgo son el consumo de alcohol o el tabaco.
Mielitis transversa
La mielitis transversa es la inflamación a lo largo de un segmento de la médula espinal. Puede ocurrir por causas autoinmunes, inflamatorias o infecciosas.
Uno de sus síntomas más comunes es la parestesia, dolor y alteraciones sensoriales. Los síntomas pueden perdurar de horas a días e incluso empeorar a lo largo de las semanas.
Encefalitis
La encefalitis es un término generalizado para la inflamación de cualquier parte del encéfalo. Puede originarse por múltiples causas y originar toda clase de afecciones neurológicas.
Esto puede ocasionar déficits de memoria, atención, motricidad, sensibilidad y mucho más.
Ciertas infecciones, como las del SARS-CoV-2019, generan meningoencefalitis que conducen a fuertes dolores de cabeza y parestesia de un solo lado del cuerpo.
Síndrome del túnel carpiano
El síndrome del túnel carpiano es el atrapamiento o compresión del nervio mediano en la muñeca, originando dolor, parestesia y déficits sensoriales en la mano afectada.
Representa un tipo de neuropatía periférica. Es decir, afecciones, no del cerebro o médula espinal, sino de los nervios que transcurren a toda parte de nuestro cuerpo.
Una posible causa puede ser la inflamación de las cápsulas sinoviales circundantes que oprimen al nervio.
Los síntomas más frecuentes son la parestesia y dolor, que se agravan durante la noche o al realizar cierta clase de actividades físicas (por ejemplo, barrer o levantar cubetas).
Tumores
Una masa tumoral lo suficientemente grande, o cerca de un nervio o en la masa encefálica, puede generar síntomas de toda clase.
La parestesia puede ir acompañada de dolor de cabeza, debilidad, náuseas, vómitos y visión borrosa son síntomas muy sugestivos de un tumor o metástasis.
Los angiomas cavernosos, siringomielia, o tumores en la corteza somatosensorial son algunos ejemplos.
Artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una afección inflamatoria crónica y degenerativa de las articulaciones y tejidos circundantes.
Las afecciones de la columna vertebral son de las complicaciones esqueléticas más peligrosas para el paciente. La erosión de huesos y articulaciones puede comprimir la médula espinal, originando una mielopatía.
El dolor, la parestesia y la debilidad son manifestaciones comunes de estas patologías.
Diabetes
Las neuropatías diabéticas son complicaciones frecuentes en pacientes diabéticos cuya glucosa no ha sido controlada.
Estos trastornos aumentan la morbimortalidad del paciente. Originan dolor, adormecimiento e incluso ulceración del miembro comprometido.
Se hipotetiza que la disfunción metabólica origina daños en la circulación sanguínea y los nervios regionales.
Síntomas de la parestesia
La parestesia puede manifestarse de múltiples maneras. Entre ellas, te dejamos algunos de los síntomas más frecuentes.
Hormigueo
El hormigueo es la descripción más común que se le proporciona a la parestesia, también conocida como formicación, cuyo origen etimológico proviene de formica, que significa hormiga.
El hormigueo corresponde a una variante transitoria de la parestesia.
Pueden resultar de posiciones incómodas, tales como el cruzar las piernas o apoyarse sobre éstas durantes períodos prolongados de tiempo. El dormir sobre un brazo puede generar una sensación de incomodidad al despertar.
Punzadas
Las punzadas son otra variante de la parestesia, descritas como “pinchazos de aguja”, que pueden ser leves, moderadas o incluso graves, dependiendo de la duración e intensidad de la parestesia.
Sensación de ardor
Ciertos pacientes pueden reportar ardor durante la parestesia. Una posible señal de dolor de origen isquémico por problemas vasculares que afectan no sólo al nervio.
La sensación de ardor es más prominente en aquellas parestesias crónicas por causas mecánicas (compresión prolongada de un nervio), vasculares, inflamatorias, etcétera.
Adormecimiento
El adormecimiento ocurre cuando el nervio se ve comprimido durante mucho tiempo. Si una persona se ve sentada durante mucho tiempo con las piernas cruzadas, presentará dificultad para moverse cuando se levante.
Por otro lado, el adormecimiento puede también ser un indicio o presagio de trastornos neurológicos, especialmente sin razón aparente. Se ameritan técnicas de imagenología, realizadas por especialistas, para encontrar la causa.
Pérdida de sensibilidad
Un nervio somático aferente recoge todos los estímulos sensoriales de un área en específico, llamada dermatoma.
Si la función del nervio o el procesamiento del estímulo sensorial se ve entorpecida, se pierde la sensibilidad del área.
Dependiendo de la causa y su localización, la pérdida de la sensibilidad puede verse restringida a un área (el rostro, por ejemplo, en las parestesias del nervio trigémino) o áreas extensas (extremidades).
Debilidad muscular
Afecciones del sistema nervioso central o los nervios periféricos pueden generar no sólo pérdida sensorial, sino también motora.
Un ejemplo del primero sería una compresión de la corteza cerebral por una tumor, generando disfunciones neurológicas que pueden ir de leves, moderadas a severas.
Un ejemplo del segundo sería el síndrome del opérculo torácico, donde los vasos y nervios que se dirigen a los brazos se ven comprimidos por alguna causa. Esto genera parestesia, dolor e insuficiencia muscular.
Problemas respiratorios
Ciertas afecciones del sistema nervioso por compresión, infecciones, inflamación o mala vascularización o incluso bajo niveles de calcio.
Éstas pueden generar, además de parestesia, problemas de respiración. Especialmente si el problema se sitúa a nivel del tronco encefálico.
El sistema nervioso controla la respiración y los músculos implicados en ella, destacando que los problemas respiratorios no son síntomas de parestesia pero si está en estrecha relación con ella, especialmente si se trata de una parestesia crónica.
Incontinencia
La incontinencia urinaria se puede definir como cualquier pérdida involuntaria de orina.
Dicha incontinencia urinaria encuentra en sus causas a la deficiencia intrínseca del esfínter de la vejiga, ocasionando la salida involuntaria de la orina, esto se puede deber a un mal funcionamiento o compresión de ciertos nervios.
Entre los factores de riesgo de la incontinencia urinaria se incluyen cardiopatías, diabetes mellitus, enfermedad de Parkinson, accidentes cerebrovasculares, varios fármacos o el tabaco.
Sin embargo, como en el caso pasado, la incontinencia urinaria está en relación con la parestesia pero es un síntoma propio de ella.
¿Cómo tratar la parestesia?
La parestesia es una sensación de hormigueo que se experimenta en cualquier parte del cuerpo, suele ser indolora, puede causar el entumecimiento y se asocia más que todo a acontecimientos transitorios.
Podemos decir que casi todos la hemos experimentado, en brazos y piernas al colocar objetos pesados sobre las extremidades que generalmente cesan en minutos.
Por otro lado entramos a la parestesia crónica que puede significar que hay un problema neurológico o una lesión de los nervios.
La forma adecuada de tratar la parestesia depende del lugar afectado, de la causa latente y de la duración de la misma.
Medicamentos bajo prescripción facultativa
Ciertos medicamentos pueden ayudar en el tratamiento de la parestesia crónica, ya que, como mencionamos anteriormente, la parestesia transitoria desaparece en minutos espontáneamente.
Dicha parestesia transitoria se puede tratar con métodos relacionados o mayormente inclinados hacia el área de la fisioterapia.
Sin embargo, aquellas parestesias cuyas causas sean neurológicas el tratamiento dependerá del diagnóstico realizado por el especialista.
El uso de ciertos anticonvulsivos puede llegar a generar parestesia, puesto que suele ser efectos secundarios de alguno de ellos. Sin embargo, los efectos secundarios están siendo reducidos en los nuevos anticonvulsivos como la gabapentina.
Bajo ciertas condiciones, el anticonvulsivo gabapentina ayuda a aliviar la parestesia puesto que tiene efecto para neutralizar el dolor causado por los nervios dañados.
Realización de ejercicios
El ejercicio físico lo podemos definir como una actividad que involucra movimiento del cuerpo, consumiendo energía a medida que se producen las contracciones musculares, por ejemplo, el correr o caminar.
Tiene múltiples beneficios con un impacto positivo en nuestra salud, en el estado mental y físico de las personas, ya que la realización de ejercicio físico ayuda a regular en cierto grado los sistemas de nuestro cuerpo.
Entre ellos, el sistema cardiovascular, musculoesquelético y respiratorio. Teniendo efectos favorables en disminuir el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo afecciones cardiovasculares, diabetes mellitus e insuficiencia respiratoria crónica.
Sabiendo que la parestesia se puede presentar en personas con diabetes, problemas cardiovasculares, este ejercicio físico nos ayuda a mantenernos saludable disminuyendo los factores de riesgo.
Masajes en el área afectada
Podemos decir que los masajes representan una de las herramientas terapéuticas más antiguas y usadas para aliviar el dolor o el entumecimiento.
El masaje en el área afectada sirve para aliviar o hacer desaparecer la sensación de hormigueo producida en la parestesia, permitiendo un buen deslizamiento de los tejidos, relajando los músculos, a su vez de los nervios que puedan estar comprimidos.
El objetivo principal de los masajes en las áreas afectadas es la recuperación de la función óptima o normal, por ejemplo de las piernas, y también en la rehabilitación de lesiones.
Estiramientos musculares
El estiramiento muscular es relevante en actividad física atribuyéndole muchos beneficios.
Desde deportistas de alto rendimiento, actividades terapéuticas o simplemente las caminatas, ciclismos, trotes o carreras es fundamental realizar una rutina de estiramiento para mantener una sana actividad del músculo.
Estos estiramientos musculares se deben realizar tanto antes como después del ejercicio, pues ayudan a estabilizar al músculos manteniéndolo flexible y así evitando que se lesione.
Su finalidad es reducir la tensión muscular, procurando no lesionar un nervio que pueda ser causante de eventos de parestesia, o simplemente la sensación de hormigueo por no estirar los músculos previamente.
Síguenos en todas nuestras redes:
https://twitter.com/TuInfoSalud
https://www.instagram.com/tuinfosalud/
https://www.facebook.com/tuinfosalud
https://www.pinterest.es/tu_infosalud/
https://medium.com/@tuinfosalud
