Cada cultura tiene su propia manera de saludar y despedirse. Algunos utilizan el apretón de manos, otros un fraternal abrazo, mientras que las culturas hindúes optan por un enfoque menos físico y más espiritual: el namasté.
El namasté puede lucir como un simple saludo o manera de despedirse, como se observa en ciertos sitios. No obstante, para algunas culturas, el namasté posee un significados profundamente espirituales y religiosos.
En el siguiente artículo, te mostraremos y explicaremos todo lo que necesitas saber sobre este saludo, que puede llegar a ser un ritual espiritual para algunos.
¿Qué significa Namasté?
La palabra namaste se refiere a la práctica de origen hindú que consiste en un saludo sin contacto físico, practicado hoy en día a lo largo del subcontinente Indio, el sudeste de Asia y la diáspora india en todo el mundo.
El gesto en sí se denomina añjali mudrā y consiste en colocar ambas manos juntas, con las palmas mirando una a la otra. Las manos se sitúan en el cuarto chakra primario (llamado Anahata o chakra del corazón).
Para posicionar tus manos en el sitio adecuado, colócalas en el centro de tu pecho, con tus pulgares descansando ligeramente en la parte superior del esternón. Acompañando este gesto de las manos, la persona debe realizar una ligera inclinación hacia adelante.
Origen de Namasté
La palabra namaste es, en realidad, la combinación de dos palabras distintas, originadas del lenguaje Sánscrito. Nama deriva de la palabra Namah, que significa “reverencia” o “adoración”. Te es un pronombre personal que significa “tú”.
Por ende, el significado de la palabra es “te reverencio a ti”. El origen exacto de esta práctica permanece un misterio, remontándose al uso de antiguas lenguas indoarias, tales como el Sánscrito y Sánscrito védico, de las cuales todavía se desconoce mucho.
De acuerdo al sociólogo Holly Oxhandler, la palabra namasté es un término hindú que, desde el punto de vista espiritual y religioso, significa “lo sagrado en mi reconoce lo sagrado en ti”.
Variantes de la palabra, tales como Namas-krita, han sido encontradas en antiguas escrituras hindúes como lo es el Rigveda, uno de los cuatro textos canónicos más sagrados del Hinduismo.
Usos de Namasté
El namasté es un saludo y para algunos puede que no sea más que un simple gesto. No obstante, para otros, el namasté tiene implicaciones espirituales y religiosas de gran importancia, especialmente en aquellos que practican el Hinduismo.
En el yoga
La popularidad y comercialización de la palabra namasté en el occidente se debe a su utilización en las clásicas rutinas de Yoga.
Al finalizar oficialmente la clase, el profesor o guía adoptará la posición de añjali mudrā y se inclinara hacia sus estudiantes, en señal de respeto.
En el budismo
El namasté y el budismo no tienen mucha relación y la historia de ambas tienen raíces diferentes. Por lo tanto, el namasté no es un saludo específico del Budismo, aunque el añjali mudrā es utilizado frecuentemente en las escuelas de Budismo.
En el budismo, el acto de inclinarse hacia otra persona es un acto de respeto, no de adoración. Se considera una forma de curación, donde la persona purga de su cuerpo sentimientos terrenales como el ego y la vanidad, que lo mantienen atado al Samsara.
Los fieles practicantes del budismo se inclinan en total pronación hacia las estatuas o reliquias de Buda y las Tres Joyas, en señal de respeto absoluto hacia estas figuras.
En Japón
Nuevamente, el namasté no se encuentra intrínsecamente atado a la historia de Japón, es una señal de respeto hacia otra persona, utilizada tanto para saludar como para despedirte de alguien.
En Japón, el acto de inclinarse frente a alguien en señal de respeto, con ambas manos unidas, se denomina Gassho (合掌). Aunque es utilizado principalmente por practicantes del budismo en Japón, cualquier persona también puede hacerlo.
En la pandemia del Covid-19
La virulencia del CoV-SARS-2 y su medio de transmisión ha obligado a las personas a evitar el contacto físico o la cercanía de uno con el otro. Esto convierte al namasté en una excelente alternativa para saludar a otros.
Figuras políticas tales como Donald Trump y el Primer Ministro Israelí Benzamin Netanyahu son algunos ejemplos de la popularidad y globalización que el namasté ha adquirido.
¿Cómo impacta el uso de Namasté en la cotidianidad?
Sin saberlo, el namasté posee grandes implicaciones espirituales y morales, no sólo para la persona que realiza el saludo, sino también para aquel que lo recibe. Te mostraremos algunos de los beneficios que el namasté puede traerte.
Impulsa las relaciones personales
Uno de los beneficios que brinda el namasté es potenciar y fortalecer las relaciones interpersonales.
El namasté potencia las relaciones humanas porque significa que reconoces a la persona. Hoy en día, en nuestra sociedad contemporánea, es fácil perdernos en nuestros pensamientos o emociones, sin prestarle la más mínima atención a quiénes saludamos o nos topamos diariamente.
Pero he allí la importancia del namasté. Significa que, a pesar de todo, reconoces a quien yace delante de ti como un ser igual a ti. Ignoras momentáneamente todo aquello que nos molesta o distrae, y creamos una efímera conexión con el otro.
Incrementa la empatía y compasión
Cuando saludas genuinamente a otra persona con el namasté, eres capaz de empatizar con él en un cierto nivel espiritual. El namasté es reconocer lo sagrado en la otra persona, que a pesar de sus fallas, limitaciones o contradicciones, buscas lo positivo.
Al hacer esto, comienzas a observar a la persona como verdaderamente son: tus semejantes. Seres de carne y hueso, repletos de emociones, aspiraciones y errores, al igual que tú.
Al empatizar con su existencia, cometes un minúsculo acto de compasión que se tiende a obviar, pero de inmensurable importancia moral y espiritual.
Mantiene el enfoque en lo positivo de cada persona
Reiterando el punto anterior, el namasté es una herramienta de propósito noble y espiritual. Enfocas tus esfuerzos hacia lo bueno de la persona y, a pesar de todo, lo reconoces como a un igual que merece respeto y empatía, como todo ser humano.
Enfocarnos constantemente en las facetas negativas de la persona solo saca en nosotros nuestra negatividad y aversión hacia otros. Lo que significa que es todo lo contrario a la ideología detrás del namasté.
Potencia la armonía y paz interior
Él namasté no sólo brinda a la otra persona, también te da algo a ti. A pesar de todo sentimiento que albergues en tu interior, si eres capaz de hacer el namasté desde el fondo de tu corazón, te desligas de ellos.
Serás una persona que ve más allá de la superficialidad, porque estás dispuesto a crear una conexión efímera, pero profunda y espiritual, con el otro. Generas un foco armónico y pacífico en tu mente, que esperas compartir con quién saludas.
Contribuye a la transformación personal
Aunque el namasté y el budismo no posean un mismo origen o sea exclusivo de este último, ambos comparten un mismo propósito: librarte de tus ataduras emocionales y terrenales.
El egocentrismo, vanidad, envidia e incluso odio, son anclas que truncan el crecimiento emocional de la persona. Fermentan en los rincones más oscuros de la mente y lentamente corroen todo a su alrededor.
Para lograr una renovación, debemos despojarnos de estos sentimientos.Es así como el namasté se convierte en una gran herramienta y el porqué el budismo lo pone en práctica en sus escuelas
Aumenta la energía y el ánimo
Sentirte bien contigo mismo por estas pequeñas acciones eleva el estado de ánimo y nuestro humor en general. Nos hace sentir personas que, poco a poco, ganamos una identidad espiritual y cultural propia.
Esta breve sensación de felicidad nos impulsa a ser mejores al construir, un ladrillo a la vez, una mejor versión de nosotros mismos. No sólo para ti, sino para tu vecino, familia, y la sociedad en general.
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