Entre los mecanismos automáticos que existen en nuestro organismo, siempre han sido muy llamativos los reflejos visuales, sobre todo los reflejos del iris que aumentan o disminuyen de tamaño a partir de incentivos externos como es la luz.
Con esto, el mismo ojo está regulando la cantidad de luz que permite entrar. Estos fenómenos son llamados miosis y midriasis pupilar.
En el siguiente artículo, abordaremos qué es la midriasis, causas, tipos y tratamientos en caso de ser necesarios y no una reacción temporal.
¿Qué es la midriasis?
La midriasis en términos generales, es definida como la dilatación de la pupila. En el Blog de Clínica Baviera se define como el aumento de tamaño de las fibras musculares que conforman el iris.
Comúnmente es una reacción natural de nuestro ojo, incluso como mencionamos previamente, es considerado un reflejo. Es más habitual de lo que nosotros creemos, ya que no percibimos este movimiento de dilatación.
Causas de la midriasis
A parte de ser un movimiento natural, existen otras causas y además de ello pueden considerarse como síntomas de enfermedades, tanto visuales como de otra naturaleza. A continuación serán mencionados los principales motivos.
Luz ambiental tenue
La luz ambiental, es el factor más recurrente para ocasionar la dilatación de nuestras pupilas. Cuando hay poca luz las pupilas tienden a expandirse, aumentando de esta forma la cantidad de luz que va a recibir nuestro globo ocular.
Por este mismo motivo, nuestras pupilas se encuentran dilatadas justo al momento de despertarnos y a lo largo del proceso de adaptación.
Emociones
Los cambios de humor, sobre todo cuando se producen de forma brusca suelen producir esta reacción en el organismo, sobre todo cuando estas emociones son excitantes y propensas al entusiasmo.
Cabe destacar que la influencia de los efectos emocionales en la dilatación de la pupila, no va a verse influenciada por la cantidad de luz que se encuentre en el lugar. Se vuelve ajeno a estas condiciones y se centra en evidenciar, de alguna forma, la manera en que nos estamos sintiendo respecto a algo.
Agentes químicos y sustancias psicoactivas
La ingesta de agentes químicos y sustancias psicoactivas, causan efectos dilatantes en las pupilas. Esto se debe principalmente a la excitación de las fibras, ya que tienen un efecto directo, pero también por la reacción que tiene nuestro organismo al enfrentarse a estas condiciones.
Existen sustancias, que también producen el efecto contrario y un claro ejemplo de esto es la Marihuana (Cannabis sativa).
Enfermedades neurológicas
Las enfermedades neurológicas, se ven íntimamente vinculadas con el Sistema Nervioso Central, por lo que pueden verse manifestadas a través de la midriasis.
En este sentido, la presencia de tumores o síntomas de posibles anomalías que se están desarrollando, son motivo de una alteración que debemos tomar en cuenta y monitorear responsablemente.
Aunado a ello se hace indispensable mencionar, que una hemorragia produciría este efecto modificando por largo periodo de tiempo el tamaño regular de nuestras pupilas, incluso variando los tamaños en cada ojo.
Daños cerebrales
Hemos visto en muchas ocasiones, en películas o series televisivas, que uno de los primeros exámenes que realizan a personas con traumatismos es la correcta funcionalidad de las pupilas. ¿A qué se debe? A su contracción y dilatación frente a estímulos lumínicos.
Una correcta funcionalidad de estos reflejos, será determinante para descartar la posibilidad de un daño cerebral. La incapacidad de reacción o una pupila dilatada perennemente, serán síntomas que alertan.
Lesiones oculares
Enfermedades como glaucoma o una afección estructural en nuestro globo ocular, serán motivos suficientes para producir midriasis, lo cual nos señalará la falla en la funcionalidad correcta de nuestro órgano.
Síndrome de abstinencia
Entre los principales síntomas del síndrome de abstinencia, se encuentra según el Instituto de Neurociencias de Guayaquil, la midriasis, descrito como dilatación pupilar.
Tipos de midriasis
Las midriasis, se clasifican principalmente debido a su naturaleza y manera de actuar y afectar. A continuación mencionaremos cuales son las mismas.
Fisiológica
La fisiológica es la respuesta natural de nuestra visión. Es un aumento entre los valores normales y no se considera como ninguna alteración, sino como un reflejo de nuestro campo visual.
Unilateral benigna
Es de tipo aislada, ya que afecta presentando una evidente asimetría pupilar. En algunos casos, se presenta como consecuencia patológica y es por motivos como ser cuadros clínicos posterior a la anestesia de algún paciente sometido a cirugías o intervenciones de cualquier tipo.
Bilateral
Es la contracción de los músculos dilatadores del iris, donde la mínima estimulación de uno, produce la reacción de ambos. Esta, puede ser motivo consecuente gracias a un traumatismo o de consumo de ciertas sustancias químicas.
Arreactiva
Este tipo de midriasis, conocida entonces como midriasis arreactiva, se caracteriza por presentar una dilatación de las pupilas aumentando su tamaño considerablemente, pero no sucede una regresión a la normalidad o una contracción incluso ante la presencia de los estímulos correctos.
Tratamiento para la midriasis
Cuando la midriasis se convierte en un problema de anomalía, más allá de ser una respuesta natural de nuestros globos oculares, se consideran ciertos tratamientos para el control y mejoría de estas reacciones. A continuación las presentamos.
Evitar exponerse al sol
Frente a una dilatación extrema, debe evitarse una exposición innecesaria debido al incremento de sensibilidad en los ojos cuando se encuentran en disposición de este tipo de respuestas, ya que el mismo no tiene la capacidad adecuada de adaptarse correctamente a la luz del ambiente, presentando inconvenientes con el músculo dilatador.
Usar lentes oscuros
El uso de lentes oscuros, mitiga las dificultades descritas anteriormente y protege de la fotofobia que suele desencadenarse ante la presencia de las dilataciones extremas descritas.
Consultar a un especialista
Entendiendo entonces, que aunque puede ser una anomalía que venga sin malos augurios, prevenir siempre es mucho mejor que lamentar.
Consultar con un especialista la presencia de características fuera de lo común y mantener siempre el control correcto sobre nuestra visión, nos permitirá detectar patologías y anomalías en nuestro organismo en general y aplicar cirugías a tiempo, en caso de que sea necesario.
