¿Alguna vez te has golpeado en la parte posterior de tu cabeza y tu vista se nubla?
El lóbulo occipital es el encargado de uno de los cinco sentidos, la visión. Procesa todo los estímulos recibidos a partir de la retina. Por ende, cualquier golpe a esta área puede alterar tu vista o incluso estado de consciencia.
La visión es indispensable en nuestro día a día y, a pesar de lo innato que es ver, la visión es el resultado final de la integración de muchas estructuras del encéfalo.
A continuación te contamos sobre la neuroanatomía y funciones de este importante lóbulo cerebral.
¿Qué es el lóbulo occipital?
La superficie del cerebro humano no es lisa, podemos encontrar depresiones y pliegues a lo largo de ella. Cada una de estas estructuras posee su propia nomenclatura.
Las depresiones profundas son llamadas cisuras y dividen al cerebro en regiones llamadas lóbulos. Las depresiones superficiales son llamadas surcos y dividen a los lóbulos en circunvoluciones o giros.
El lóbulo occipital es el más posterior de todos (es decir, localizado en la retaguardia del cerebro). La cisura parietoccipital separa al lóbulo occipital y el lóbulo parietal, y la incisura preoccipital lo separa del lóbulo temporal.
Una capa de tejido llamada la tienda del cerebelo separa al lóbulo occipital del cerebelo, localizado justo debajo de este.
Las alteraciones del lóbulo occipital se asocian a la creación de las ilusiones visuales o alucinaciones.
Estructura del lóbulo occipital
Cada lóbulo se encuentra compuesto por elevaciones anfractuosas o irregulares, que son los giros. Cada giro o surco contiene en su interior neuronas especializadas que cumplen una función.
A continuación, te mencionamos algunas de las más resaltantes.
Cisura calcarina
En la superficie medial del lóbulo occipital, encontramos la estructura más relevante en esta: el surco o cisura calcarina.
Parte desde el surco parietooccipital al polo occipital (que corresponde la porción más trasera del lóbulo). En la profundidad del surco, es el asiento de la corteza visual primaria (que veremos más adelante).
También, divide la superficie medial del lóbulo en dos giros: el cuneal (o superior) y el lingual (o inferior).
Corteza cerebral occipital
En el microscopio, la mayoría de los lóbulos comparten similitudes. Se dividen en áreas o estratos, en general son seis, pero varía de zona en zona.
En ellas, se localizan toda clase de células. Las neuronas, encargadas de transmitir el impulso nervioso, cuerpos celulares encargados de regular las funciones de las neuronas, y las células de la glía, el sostén que mantiene la citoarquitectura en su lugar.
Pero, existen diferencias con otras regiones anatómicas. Al microscopio, se observan bandas de mielina a lo largo de la cuarta capa del lóbulo occipital (como lo veremos más adelante).
Área visual primaria
El surco calcarino, el giro cuneal y lingual forman un todo, llamado corteza visual primaria.
Son las encargadas de recibir los impulsos nerviosos provenientes del cuerpo geniculado lateral (núcleo celular encontrado en el tálamo, cuya función es transmitir la información proveniente del tallo encefálico hacia la corteza cerebral).
El área visual primaria también es llamada V1 o área de Brodmann 17. Envía la información captada por la retina hacia el área visual secundaria.
El área visual, en su totalidad, se divide en más de una docena de regiones que parten desde V1, V2, V3 y así sucesivamente. Sin embargo, las áreas más estudiadas son las primeras dos.
Se hipotetiza que cada una presenta un grupo de células más desarrolladas para la otra y que perciben estímulos visuales específicos.
Área visual secundaria
También llamada área de Brodmann 18 y 19. Corresponde al área V2 de la corteza visual, es decir, contienen células altamente especializadas.
Rodea al área visual primaria y recibe información de este último mediante las franjas dorsal y ventral.
No obstante, esta comunicación no es unilateral. Quiere decir que el área secundaria no sólo recibe información de la primaria, sino también envía información a esta última, actuando como un ciclo retroalimentativo.
V2 envía señales a V3 y, a su vez, a V2.
Área visual terciaria
Rodea al área anterior y recibe información de éste. Al microscopio, posee muchas similaridades al área V2, sin embargo existen diferencias notables.
Entre estas, que las células muestran un grado mayor de especialización, enfocado a interpretar las complejidades del objeto a observar. Por ejemplo, su posición en el espacio, así como sus colores y formas.
El área V3 se encuentra compuesta por otras mucho más específicas como el V3A. A su vez, envía información a V4. A su vez, envía señales retroalimentativas al área V2.
Como hemos mencionado, existen muchas áreas corticales encargadas del procesamiento de la visión, cuyas funciones aún no han sido del todo dilucidadas.
Franja dorsal
La franja dorsal y ventral son las vías de comunicación que transmiten las señales neuronales de la corteza visual a otras regiones del cerebro.
La franja dorsal envía la información visual al lóbulo parietal. Se hipotetiza que se encarga de las tareas motoras y coordinación visual motriz.
Por lo tanto la manera de manejar cada objeto de acuerdo a sus características intrínsecas, es decir, su forma, tamaño, superficie, y mucho más.
La manera como tomas a un bebé en tus brazos no es la misma como tomas una caja de zapatos o un periódico. Esto se logra gracias a la integración de distintas áreas del cerebro.
Franja ventral
La franja ventral envía la información al lóbulo temporal. Su función es el reconocimiento, percepción e identificación de los objetos en base a sus propiedades físicas.
Es decir, reconocer una taza de té, un lápiz o un teléfono en base a su forma, tamaño y color, así como también poder diferenciarlo uno del otro.
Estría de gennari
La estría de Gennari o estría occipital se le llama a una capa de neuronas cuyos axones y dendritas poseen mielina. En este caso, sería la cuarta capa de la arquitectura cortical del área V1.
La mielina es una proteína secretada por las células de la glía que envuelven a las terminaciones o ramas de las neuronas, modificando la velocidad de conducción.
Debido a la alta cantidad de mielinización, se observa, tanto al microscopio como al ojo desnudo, estrías o bandas. Se observan las terminaciones de las neuronas que provienen del tálamo y las neuronas cuyas terminaciones se dirigen al área V2.
Características del lóbulo occipital
Cada lóbulo presenta características únicas que los definen aparte de los restantes lóbulos cerebrales. El occipital no es la excepción.
Te presentamos algunas de sus características más destacadas.
Tiene forma de pirámide
Las limitaciones topográficas del lóbulo occipital le confieren una forma piramidal.
En la superficie medial del lóbulo su límite es el surco parietooccipital. Por el lado lateral, su borde es una línea imaginaria que parte desde un extremo del surco parieto occipital hasta la incisura preoccipital.
Finalmente, por su cara inferior, es otra línea imaginaria que parte desde la incisura preoccipital hasta el extremo opuesto del surco parietooccipital.
Constituye el centro de la visión
El lóbulo occipital es el asiento morfológico donde se reciben los estímulos visuales, provenientes del núcleo geniculado lateral en el tálamo, que a su vez lo recibe desde la retina.
Una vez que los estímulos visuales llegan a la corteza visual, son procesados e interpretados. La corteza visual va más allá de ver, integra todos los componentes sensoriales y proporciona a la persona la imagen completa de su alrededor.
Es decir, asociar lo que se observa con un recuerdo, un sonido, textura y mucho más.
Una lesión en esta área puede provocar ceguera cortical, pero no siempre es el caso. También pueden causar prosopagnosia, la incapacidad de reconocer el rostro de las personas.
Tiene menor tamaño que el resto de los lóbulos
El tamaño de este lóbulo, en comparación con el resto de los lóbulos, los lóbulos occipitales son los más pequeños.
Un estudio publicado en los Arquivos de Neuro-Psiquiatria analizó una serie de especímenes de lóbulos occipitales. La distancia entre la incisura preoccipital y el polo occipital (la porción más posterior del encéfalo) promediaba entre 30 a 61 mm.
En comparación, el lóbulo frontal ocupa el 35-38.5% de los hemisferios cerebrales.
Tiene una función especializada y eficaz
La población neuronal de la corteza occipital es altamente desarrollada, con el propósito de cumplir funciones específicas, como la interpretación del tamaño, forma o color de los objetos.
Se hipotetiza que cada región de la corteza visual presenta una complejidad mayor que la zona anterior (es decir, las neuronas de V1 son menos especializadas que las de V2).
Ocupa el 12% del neocórtex
A lo largo de la historia evolutiva, el cerebro humano se ha desarrollado y brinda consigo una plétora de funciones nuevas y complejas que nuestros antecesores carecían.
El neocórtex son las regiones del cerebro más recientemente desarrolladas, desde el punto de vista evolutivo. Es el encargada de funciones tales como la percepción sensorial, la cognición y las tareas motoras complejas.
El lóbulo occipital corresponde sólo al 12% del neocórtex. No obstante, un estudio publicado por el departamento de Neurología y Radiología del hospital general de Massachussets arroja cifras diferentes.
El grupo científico realizó un escaneo, mediante resonancia magnética, del cerebro de veinte jóvenes adultos. En estos, el lóbulo occipital representaba el 18.3% del neocórtex.
No ha evolucionado en el tiempo
Como explicamos, el desarrollo de nuevas áreas corticales en el neocórtex le han proporcionado funciones cognitivas de mayor grado al ser humano y, en menor medida, a los primates.
Sin embargo, el área visual es una región topográfica del cerebro que puede ser encontrada en cientos de otros mamíferos de menor grado como, por ejemplo, los tenrécidos.
A pesar que la mayoría de los mamíferos carecen de un neocórtex muy desarrollado, comparten una serie de similitudes: poseen una corteza somatosensorial primaria y secundaria, así como una corteza visual.
Estos hallazgos apuntan a un arcaico origen común. De hecho, los macacos y los humanos presentan similitudes en cuenta a citoarquitectura, función y población neuronal en el área visual.
Funciones del lóbulo occipital
En el lóbulo occipital encontramos la parte de la corteza cerebral encargada del área visual, mediante el procesamiento de la información que entra a través de los ojos.
Entre las múltiples funciones de los lóbulos occipitales describiremos las más relevantes y cómo se procesa la información de la corteza visual en el cerebro.
Capta los impulsos nerviosos de los ojos
En cada uno de nuestros nervios ópticos tenemos aproximadamente un millón de fibras nerviosas neuronales que se encargan de llevar la información visual al sistema nervioso central.
El lóbulo occipital, mediante el área visual primaria (área de Brodmann 17), capta los impulsos nerviosos de los ojos.
La retina es la porción de nuestro ojo sensible a la luz y en su interior está conformada por los conos y los bastones.
Estas células son las que se encargan de funciones especializadas. Los bastones detectan luz tenue y están encargados básicamente de la visión en blanco y negro, y de la visión en la oscuridad.
Estas células cuando se excitan transmiten los impulsos nerviosos desde la retina, hacia las fibras del nervio óptico. Seguido de eso, pasan al cuerpo geniculado lateral, que envía las fibras aferentes a la corteza visual.
Dichas fibras pasan primero hacia delante en la sustancia blanca del lóbulo temporal, y después dan la vuelta hacia la corteza visual primaria en el lóbulo occipital.
Analiza la información visual
En el lóbulo occipital se encuentra el área visual secundaria también llamada áreas de Brodmann 18 y 19. Éstas rodean al área visual primaria en las superficies medial y lateral del hemisferio cerebral.
A su vez, existen más áreas que se encargan de rasgos especializados y específicos, como la localización del objeto en el espacio, su relación con los demás elementos que observamos, dirección, límites y mucho más.
Impulsa la memoria y recuerdos visuales
El área visual secundaria es la encargada de analizar la información con mayor detalle.
Un ejemplo sería relacionar dicha información con recuerdos visuales del pasado, impulsando así la memoria de la persona para que esta perciba y reconozca lo que está viendo.
Esto se logra mediante la integración del estímulo visual con las memorias almacenadas en el sistema límbico.
Reconoce e interpreta las imágenes
Nuestros ojos transforman los impulsos nerviosos que excitan a las células en la retina en potenciales de acción en el nervio óptico, y luego son conducidos a la corteza visual, donde se procesan. Dando a lugar el sentido de la vista.
La refracción es la inclinación de los rayos de luz cuando pasan de un medio a otro que posee una densidad distinta. Esto permite el enfoque de una imagen precisa en la retina.
La transformación de la información visual en un impulso eléctrico (y su procesamiento en el lóbulo occipital), se divide en la formación de tres imágenes.
La primera, es formada gracias a la acción de la luz sobre los fotorreceptores. Esta cambia a una segunda imagen mediante las células bipolares y, por último, es convertida en una tercera imagen por las células ganglionares.
La imagen final es transmitida a los cuerpos geniculados laterales y, finalmente, llega hasta la corteza del lóbulo occipital.
De la corteza visual primaria se transmite la información mediante dos vías: la corriente dorsal y ventral.
La corriente ventral es la que tiene asociaciones con el reconocimiento de objetos y transmite información visual al lóbulo temporal, específicamente al área sensitiva del lenguaje de Wernicke.
Demostrando así que los lóbulos del cerebro humano trabajan en conjunto.
Identifica los movimientos y colores
La forma en que el cerebro humano percibe los colores es un fenómeno complejo.
Este depende de la adaptación de la retina a la luz, de la fuente de iluminación y la luz reflejada por los objetos.
El lóbulo occipital puede discernir el matiz, la intensidad y saturación de un color.
Aunque el color es procesado en V1, en el cerebro humano (y de otros primates) se ha detectado, en estudios in vivo, la activación eléctrica de otras áreas, como V2, V3, V4, y V5/MT, e incluso V8.
Todos están involucradas en el procesamiento del color: intensidad, matiz, saturación, dirección del color, dónde inicia y termina un color
Estimula los pensamientos y emociones
La visión es íntegra en muchos aspectos. Cuando observamos una pintura que nos conmueve, sentimos felicidad y asombro. En el caso opuesto, si observamos algo que no nos gusta, despierta una sensación de desagrado.
La corteza visual es no una área hermética, sino interconectada con el resto del cerebro para lograr funciones complejas, especialmente con el sistema límbico, encargado de modular nuestras emociones.
Presenciar un evento que verdaderamente nos molesta puede inhibir cualquier función del lóbulo frontal, encargado de regular nuestro comportamiento social.
Observar algo que nos aterroriza es otro ejemplo claro de la integración visual con el resto del encéfalo. Se eleva la presión arterial y el ritmo cardíaco, aumenta la respiración e, incluso, nuestro cuerpo no responde a nuestras órdenes.
Permite el reconocimiento espacial y la orientación
Como lo mencionamos anteriormente, la corteza visual primaria, ubicada en el lóbulo occipital, transmite la información mediante dos vías: una corriente o franja ventral y otra dorsal.
En la que dicha corriente dorsal se encarga de la ubicación del objeto y lleva información visual al lóbulo parietal.
En el lóbulo parietal se integran los datos sensoriales para proporcionar una imagen coherente de nosotros permitiendo el reconocimiento espacial y el ambiente, orientándonos así en el lugar que estamos.
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