¿Qué es la hiperfagia y cuál es su tratamiento?

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Hoy en día, los medios audiovisuales de comunicación nos bombardean constantemente sobre toda clase de deliciosa comida y nos invitan a saborear de estas. Pero, el comer excesivamente acarrea sus problemas.

En ciertos individuos, la hiperfagia es un verdadero problema, donde la persona es incapaz de controlar sus pensamientos y/o actos. A continuación, te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre esta condición tan peligrosa a largo plazo.

¿Qué es la hiperfagia?

La hiperfagia es un conglomerado de alteraciones metabólicas y comportamentales, donde la persona devora cantidades excesivas de comida, más allá de las recomendaciones dietarias, incluso en ausencia de hambre.

Nota: La persona demuestra también comportamientos obsesivos con respecto a la comida, pensamientos compulsivos e intrusivos que nublan la mente e impulsan a la persona a saciar este deseo.

La hiperfagia no es un síntoma por sí mismo, es un síntoma más de una serie de síndromes metabólicos o hereditarios, la mayoría asociadas a la obesidad.

Causas de la hiperfagia

La hiperfagia es un signo característico de muchas enfermedades, la mayoría hereditarias o genéticas, las cuales mencionaremos a continuación.

Alteraciones hormonales y alimenticias

El hambre y la saciedad son estados mentales antagónicos, mantenidos en balance por una serie de factores fisiológicos (metabólicos y psicológicos). Cuando estos se ven alterados, ocurren desórdenes alimenticios.

Los desórdenes de la leptina, la hormona producida y liberada por nuestras células grasas para inhibir el hambre, causan que la persona no sienta saciedad alguna, incluso tras ingerir grandes cantidades de alimento.

Importante: Se ha postulado, por diversos estudios (1), que la causa se debe a un desbalance del hipotálamo, del ciclo circadiano y, posiblemente, de alteraciones de los neurotransmisores.

Niveles bajos de azúcar

Las alteraciones de los niveles de azúcar en sangre, ya sea hipoglucemia o hiperglucemia, modifican las sensaciones de hambre en la persona.

Generalmente, la hipoglucemia se ve acompañada de otros síntomas como sudoración excesiva, temblores, debilidad general y, en casos más graves, hipotensión y desmayos.

Diabetes

La hiperfagia, junto a la polidipsia y la poliuria, son considerados en conjunto como el rasgo distintivo de la diabetes mellitus tipo II. La incapacidad de las células de transportar el azúcar de la sangre a las células que lo necesitan (como el músculo) provoca el hambre excesiva. También puede verse presenta en la diabetes mellitus tipo I.

Ansiedad

Durante ataques de ansiedad, ciertos individuos adoptan comportamientos para intentar suprimir y/o aliviar estas emociones tan agravantes. Algunos adoptan la comida como método de escape.

Para destacar: Al ingerir alimentos, y reponer nuestros niveles de glucosa, nuestro cuerpo siente un ligero y temporal empuje en energía y claridad mental. No obstante, esto puede agravar si no se controla y conduce a un desorden alimenticio.

Enfermedad de Graves

La demencia frontotemporal, enfermedad de Graves y el síndrome de Prader-Willis, son todos ejemplos claros de estas. La enfermedad de Graves es una enfermedad autoinmune que altera la tiroides.

Por otro lado, el síndrome de Prader-Willis, ocurre por una mutación cromosómica, usualmente detectable durante los primeros años de vida, donde el niño desarrolla obesidad, retraso cognitivo, problemas motores y del habla, y mucho más.

Fármacos

Ciertos medicamentos psiquiátricos, tienen como efecto secundario una ganancia de peso, producto de una insaciable hambre. Posiblemente, productos de los cambios que inducen sobre las vías metabólicas del hipotálamo.

Importante: Existe una gran variedad de respuestas adversas por medicamentos psiquiátricos, incluso dentro de un mismo tipo de fármaco. Ciertos estudios sugieren que las características genéticas del individuo tal vez jueguen un rol en esto. (2)

Síndrome premenstrual

Existen reportes de caso, como uno publicado por la revista Journal of Eating Disorders (Revista de Trastornos Alimentarios, en Inglés), donde se habla de una mujer con un síndrome premenstrual disfórico, una variante más grave del síndrome premenstrual. (3)

A lo largo de una década, había sufrido de un trastorno de apetito desenfrenado, deseos incontrolables de comer y una hiperfagia. Este síndrome, junto al síndrome premenstrual, se derivan de un desbalance de las hormonas sexuales.

Síntomas de la hiperfagia

La hiperfagia es un síntoma que afecta tanto el cuerpo como la mente del individuo, así que los indicios de una hiperfagia pueden ser detectados al observar cambios comportamentales de la persona, como veremos a continuación.

Incremento repentino del apetito

La persona experimenta una súbita hambre, originalmente causada por desbalances metabólicos, endocrinos o psiquiátricos, producidos por algunas de las enfermedades que ya mencionamos.

Al cabo de cierto tiempo, si no es controlada, la hiperfagia puede ocurrir incluso en ausencia de apetito alguno. Esto se debe a que nuestro organismo se ha acostumbrado a recibir la “recompensa” que es la sensación de comer.

Importante: Según estudios publicados en revistas electrónicas, tales como Nature reviews Neuroscience, el consumo de alimentos sobrecargados de grasas trans y azúcar procesada, puede alterar los sistemas de recompensa de la persona, comparables a las adicciones a drogas. (4) (5)

Sentimiento de culpa

La hiperfagia no es una actividad estrictamente voluntaria, en muchos casos. La comida es adictiva, hasta el punto donde la persona la busca, no importa cuanto desee parar.

Es un deseo constante para buscar alimentos y comer, incluso si la persona no tiene hambre. ¿Qué ocurre con la mente de la persona afligida? Es incapaz de mantener su concentración, de realizar actividades sin pensar en la comida, de mantener un estado de paz mental.

Nota: Todos estos fenómenos actúan sinérgicamente para empeorar el estado mental de la persona, generando ansiedad, desesperación e incluso depresión.

Antojos no saludables

Debido a la naturaleza adictiva de las comidas no saludables, que proliferan en los países desarrollados, no es de sorprender que el cerebro busque más y más, un antojo insaciable que conlleva a la hiperfagia y sobrepeso.

La persona no para de pensar en comida frita, cargada en sodio, azúcar procesada y grasas no saludables, como hamburguesas, papas fritas, bebidas azucaradas, postres, etcétera.

Sobrepeso

Es la principal y más peligrosa complicación. Una dieta hipercalórica conlleva toda clase de peligros: hipertensión arterial, arteriosclerosis, diabetes mellitus tipo II, dificultades respiratorias, dolores articulares, estrés y ansiedad.

Trastornos digestivos

Dolores estomacales, hinchazón abdominal, alteraciones del tránsito intestinal, del número y frecuencia con la que la persona defeca, estreñimiento y mucho más, son algunos ejemplos de lo que comer excesivamente puede causar.

Tratamiento para la hiperfagia

En la mayoría de los casos, la hiperfagia disminuye al tratar los trastornos subyacentes. A continuación, mencionaremos algunos de estos tratamientos.

Terapia psicológica

Un desorden alimentario no debe ser tratado a la ligera, por lo que un profesional de la salud debe ser quien te proporcione las herramientas, la información y el apoyo necesario para controlar los pensamientos intrusivos.

Nota: La terapia individual o en grupo, la terapia cognitiva comportamental o la psicoterapia interpersonal, han demostrado resultados favorables con pacientes con desórdenes alimentarios.

Ajustes en el consumo de medicamentos

Si el comportamiento compulsivo, los pensamientos intrusivos sobre comida, los antojos incontrolables y demás, iniciaron poco tiempo después de iniciar un régimen terapéutico, es necesario que la persona lo consulte con su médico de preferencia.

Importante: Algunos fármacos que estimulan el apetito de la persona y causan ganancia de peso, son los antipsicóticos (clozapina o risperidona), antiepilépticos (gabapentina o el valproato) y los secretagogos de insulina (sulfonilureas, por ejemplo).

Modificación de hábitos alimenticios

Disminuir el consumo de alimentos, altos en calorías vacías, como la comida chatarra, favorecerá tu cuerpo en incontables maneras. En general, disminuye el consumo de azúcar procesada y sodio.

Por otro lado, lo que sí debes tener en tu dieta, son carbohidratos buenos de tipo complejos (fibra), proteínas, grasas poliinsaturadas (encontradas en el pescado, aguacate y aceite de oliva), más vegetales y legumbres, te harán muy bien también.

Tip: Se recomienda beber más agua o té naturales, disminuir las porciones servidas, no comer a altas horas de la noche y disminuir el número de meriendas entre comidas, o al menos reemplazarlas con alimentos nutritivos.

Realizar actividades distractivas

Mantener tu mente ocupada es primordial durante los primeros días. La desesperación y deseo de comer indudablemente invadirá tu mente, pero sólo si no buscas alguna clase de distracción sana a la cual enfocar tu energía y atención.

Tip: El ejercicio, como las caminatas diarias, salir con amigos, leer libros, completar tu trabajo, empezar aquellos proyectos que siempre anhelabas emprender, mantendrán tu mente andando durante el día, evitando pensar en los alimentos.

Practicar ejercicios de respiración y relajación

Por un lado, mantener tu mente ocupada es una estrategia efectiva. Por otro lado, la meditación es importante también: te ayuda a enfocarte en tus pensamientos y emociones, liberarse temporalmente de todos esos distractores diarios para encontrarte a ti mismo, en tu tiempo personal y único.

Escoge un tiempo determinado en tu día a día para hacer lugar a estos ejercicios de meditación, apaga o esconde todo distractor (teléfono, laptop, televisor o mascotas) y enfoca tu mente en este objetivo.

Masticar despacio los alimentos

Masticar rápido es un hábito alimentario muy nocivo y particularmente muy común. Ciertas personas llegan incluso a tragar los bocados de comida, con tan sólo haberlos masticado 3 a 4 veces. Lo cual es para nada saludable.

Por ello, masticar propiamente tus alimentos induce la liberación de la leptina e inhibe la grelina (la “hormona del hambre”), lo cual te proporcionará saciedad y serás menos proclive a comer en exceso.

Tip: Se recomienda masticar aproximadamente 30 veces cada bocado de comida. Esto también ayuda a degradar mejor los alimentos, por acción de las enzimas salivales.

Evitar permanecer solo

Una persona que súbitamente corte el tiempo que le dedicaba a comer y no lo reemplaza con nada más, tendrá obviamente problemas para mantener esta meta.

Por ende, es recomendable que “llene” este “tiempo vacío” con actividades saludables, como las que mencionamos con anterioridad. Incluso mantener una conversación con alguien más mantendrá tu mente ocupada y no pensando en comida.

Conclusiones Claves

  • La hiperfagia es un desorden alimentario, caracterizado por comportamientos obsesivos con comer, donde la persona es incapaz de saciar su hambre.
  • Generalmente, la hiperfagia se relaciona con trastornos subyacentes que, si no se controlan, conducen a la obesidad y otros problemas crónicos.
  • El consumo excesivo de alimentos caloricamente vacíos, como la comida chatarra, produce un efecto adictivo en el cerebro.
  • Buscar ayuda profesional psicológica, modificar tus hábitos alimenticios, hacer más ejercicio, y practicar la meditación son estrategias útiles.

Enmanuel Da Silva

Enmanuel Da Silva

Estudiante de 3er año de Medicina. Escritor desde hace 2 años. Interesado en neuroanatomía, neurología, neuropsicología, psicología y psicología del aprendizaje.