La mente humana puede a veces resultar frágil, los pensamientos y la autoestima son valores importantes dentro de esta, cosa que a veces, incluso para los más duros, resulta difícil de comprender y controlar.
En este sentido, la depresión es uno de los temas mas delicados respecto a la psicología humana, cada día afecta a mas personas, sin importar la edad o el sexo y resulta fatal si no se trata de manera adecuada.
En el presente artículo conocerás una de sus ramas, la depresión anaclítica, el cómo se produce y cuál es el tratamiento adecuado a tomar frente a ella.
¿Qué es la depresión anaclítica?
La depresión anaclítica es un término acuñado a mediados de 1946 por Rene Spitz (1), un reconocido psicoanalista de la época. En las primeras observaciones, se estudió la relación entre los hijos y las madres durante el nacimiento, que al principio se llamó síndrome de hospitalismo, que poco a poco fue cambiando su término.
En este sentido, Spitz se refiere a este como un síndrome depresivo o perturbaciones psíquicas que ocurren en un infante (durante las primeras dieciocho semanas de vida), cuando es alejado prolongadamente del afecto materno. Ocurre comúnmente en los hospitales, por eso es llamado también hospitalismo y puede durar varios años.
Nota: En el primer mes los niños se vuelven llorones, muy exigentes. Mientras en el segundo mes los llantos se transforman en gritos. Esto, además, detiene el proceso del desarrollo del recién nacido.
Causas de la depresión anaclítica
Las causas de este tipo de depresión son inmediatas, durante el nacimiento del infante. A continuación enumeramos las causas principales de la depresión anaclítica, para tomarlas muy en cuenta:
Alejamiento súbito de los padres
Cuando un bebé nace, es importante, casi obligatorio, que lo primero con lo que sienta cercanía es la madre y el padre. Psicológicamente es un símbolo de seguridad al nuevo mundo. Pero el alejamiento súbito y prolongado hacia ellos, genera un profundo sentimiento de soledad hacia el recién nacido. Siendo esta su causa principal.
Nota: Un estudio menciona que “Una de las condiciones necesarias para que el niño cambie su expresión, en muchos sentidos, es que haya tenido buenas relaciones maternas con anterioridad”. (2)
Privación afectiva
La privación afectiva es otra de las causas principales, es cuando se aleja a un infante del cariño y afecto materno.
Esto tiene que ver con los abrazos, las dulces y relajantes palabras o incluso amamantar al infante, porque todas estas acciones crean una conexión fuerte con el niño y la madre. Cuando se privan estas acciones, se convierte poco a poco en una depresión anaclítica.
Importante: El estudio anterior también menciona que “El síndrome de la depresión anaclítica muestra la importancia en la relación madre hijo para un buen desarrollo psico-afectivo, siendo el período de 8-18 meses el más crítico”. (3)
Síntomas de la depresión anaclítica
Hay ciertos síntomas importantes para reconocer la depresión anaclítica, muchos son similares a las de la depresión habitual, por ello enumeramos los siguientes:
Ausencia de expresiones corporales y gestuales
Un bebé con depresión anaclítica carece de expresiones, incluso de un recién nacido, es algo no común. Los gestos como la primera risa, las primeras palabras o los movimientos curiosos de un infante, desaparecen cuando se padece de depresión analítica, presentándose como alguien sin emoción alguna.
Nota: Se conoce que “Los bebés con depresión anaclítica pierden el entusiasmo, la alegría y las ganas de hacer todas aquellas actividades que tanto disfrutan los pequeños”. (4)
Apatía por el entorno
El bebé no siente curiosidad o emoción por el entorno en el que se encuentre, por más pequeños que sean, desde una cuna con peluches, hasta estar jugando en espacios abiertos con la familia. El bebé carece de interés y atracción a cosas de la vida, cuando padece de depresión anaclítica.
Trastornos en el lenguaje
La depresión anaclítica afecta el desarrollo del lenguaje de los infantes, la modulación de las primeras palabras o entender el significado de las que se mencionan a su alrededor, por la familia o conocidos. De manera que se generan graves trastornos del lenguaje para el infante.
Nota: Existen tres tipos principales de trastornos de lenguajes: trastorno de lenguaje expresivo, receptivo y mixto.
Falta de apetito
Los bebés con depresión anaclítica se alejan de los deseos de alimentarse y nutrirse. Tienen una pérdida de apetito tan fuerte, que a la madre se le complica el proceso de amamantar, los teteros u otros medios para alimentar al bebé, se hacen obsoletos también.
Pérdida de peso
Como consecuencia de la pérdida de apetito, el bebé deja de desarrollarse, tanto su cuerpo como también sus huesos y órganos internos. Ocasionando, a muy corto plazo, pérdida de peso, muy extraña y poco común en un infante.
Dificultades para dormir
La depresión anaclítica hace que los bebés no paren de llorar, no consiguen alivio ni forma de conciliar el sueño (como es común en muchos infantes), lo cual dificulta la manera de dormir para ellos, atormentándolos a ellos mismos y a la familia a su alrededor.
Retraso en el desarrollo psicomotriz
El desarrollo psicomotriz o psicomotor de un niño, es muy importante durante su nacimiento y crecimiento. La depresión anaclítica genera un retardo psicomotor muy grave, porque corresponde al freno del desarrollo de estructuras nerviosas, como el cerebro, los huesos, músculos y nervios.
Importante: Gracias a un estudio realizado en la Universidad de Navarra, se conoce que “El desarrollo psicomotor es diferente en cada niño y depende mucho del ambiente, su potencial genético o su carácter personal”. (5)
Sistema inmune debilitado
El sistema inmunológico de los bebés es más delicado y frágil, la depresión anaclítica lo agrava aún más.
Como consecuencia son más propensos a contraer enfermedades del ambiente, microorganismos, alergias y gripes. Esto genera una consiguiente deprivación del sistema nervioso central principalmente.
Consecuencias de la depresión anaclítica
La depresión analítica trae consigo, muchas consecuencias graves, no solo para el infante, sino incluso para los padres y familiares muy cercanos a él. Muchas de esas son las siguientes:
Vulnerabilidad a enfermedades
Al tener un sistema inmune bastante débil, los bebés con depresión anaclítica pueden contraer fácilmente distintas enfermedades como neumonía, la otitis, la gripe o incluso diferentes alergias en el ambiente. Muchas de ellas son difíciles de tratar en un infante.
Problemas de conducta
Los bebés desarrollan problemas de conducta, cuyos síntomas se manifiestan en nunca dejar de llorar, quejarse o negar cualquier tipo de cercanía hacia ellos, demostrar apatía y poco interés de muchas cosas. Puede considerarse como bebés desafiantes, sin deseos de nada. Es una consecuencia grave de la depresión analítica.
Incapacidad de establecer vínculos afectivos
Por causa de la depresión anaclítica, es más difícil establecer vínculos afectivos, encontrarle sentido o tener un recuerdo sobre ellos en algún momento de la vida. Pues los afectos se encuentran invisibles e inexistentes. Es casi imposible devolverle eso a un infante, cuando padece de depresión anaclítica.
Fallecimiento
La depresión anaclítica, al igual que la depresión en general, puede desencadenar en el fallecimiento, como resultado final de todas las otras consecuencias que vienen de parte de este trastorno, como la falta de apetito, el poco desarrollo del cuerpo y el organismo del infante. Esto se convierte en lo más grave y sin duda, lo más hiriente.
Tratamiento para la depresión anaclítica
Afortunadamente existen varios tratamientos, para ponerse en práctica y para prevenir la depresión anaclítica cuando se encuentra presente. Entre estos tratamientos, se resumen los siguientes:
Reanudar el vínculo afectivo con los padres
El bebé necesita afecto y cercanía paterna, antes, después del nacimiento y durante el crecimiento del infante.
Si llegara a padecer durante las primeras semanas o meses, de este tipo de depresión, es necesario que los padres pongan mucho esfuerzo para reanudar un vínculo afectivo, va más allá de los abrazos, los besos y los cuentos de cuna. Requiere presencia y mucha dedicación de tiempo.
Nota: Un estudio define que “La intervención paterna debe adaptarse a cada situación específica pero, debe responder a las necesidades del niño, específicamente”. (6)
Proveer del cariño y cuidados necesarios
El cariño va de muchas formas, los juegos, consentir al bebé, dedicarle tiempo con presencia, los cantos (que muchas veces alivian a los bebés cuando lloran) o mecerlos, son unos de los tantos cariños que se les puede proveer.
Además de cuidados necesarios como los baños, cambiar pañales y mantenerlos aseados o en todo caso, muy frescos.
Nota: El apego es vital para un bebé, como lo define John Bowlby en la Teoría del Apego. (7)
Conclusiones Claves
- La depresión anaclítica la padecen bebés o infantes de más de dieciocho semanas.
- Es un problema que puede ocurrirle a cualquier infante si se le priva del cariño paterno.
- Si no se trata adecuadamente, desembocará en el fallecimiento del bebé.
- El cariño y el afecto paterno es de suma importancia, antes, después del nacimiento y durante el crecimiento.
- Los tratamientos son muy fáciles y gratuitos de aplicar, pero debe hacerse con corazón y mucha responsabilidad.
