“Quien no es feliz con poco, no lo será con mucho” – Lao Tse.
En algún punto de nuestras vidas, todos hemos sentido decepción, tristeza y angustia. Sentimos que el mundo que nos rodea es hostil, nos sentimos solos, abandonados y desprovistos de amor
No obstante, no siempre es así. La obsesión al materialismo o a las grandes cosas nos hacen olvidar los pequeños detalles. Nuestra vida está repleta de acciones y personas que hacen de nuestra vida, mejor.
A pesar de la pandemia actual del COVID-19, debemos aprender y practicar el arte del agradecimiento, puesto que este cambiará nuestras vidas de maneras que nos harán personas más felices y plenas.
¿Qué es el agradecimiento?
Definir la palabra agradecimiento es una tarea sencilla, “el acto de agradecer”. No obstante, más allá del significado literal de la palabra, reserva en su seno una importancia mucho mayor, el cual generalmente no apreciamos.
El agradecimiento tiene un valor espiritual, emocional, social, interpersonal e incluso, para algunos, religioso. Se trata de observar y realmente apreciar las personas, eventos y detalles, sean grandes o pequeños, que componen nuestra vida.
Cuando lo hacemos desde el fondo de nuestro ser, experimentamos una sensación de agrado, no sólo con nosotros mismos, sino con todo aquello que nos rodea. Esta felicidad y certeza interna se ve reflejada en nuestras palabras y acciones.
Beneficios del agradecimiento en la salud y bienestar
El agradecimiento es un importante componente para el bienestar psicosocial y físico de la persona, que favorecen a una satisfacción con nuestra posición actual en nuestras vidas.
A continuación, te brindamos algunos de los beneficios que el acto de agradecimiento te puede brindar.
Permite conectarse con la vida
Algunos consideran y reconocen a la vida un regalo. Sin embargo, muchos atraviesan su día a día sin detenerse a pensar por un momento en las personas que los rodean, en los pequeños detalles, tales como una sonrisa o unos “buenos días”.
La ventaja del agradecimiento es que aprendemos a ver la vida desde un ángulo diferente, desarrollando habilidades que nos hacen pensar y actuar positivamente, tomando ventajas de los frutos y regalos que la vida nos ha proporcionado.
Disminuye la insatisfacción
Para muchos, la vida se encuentra repleta de insatisfacciones: tu posición económica no era lo que esperabas, la carga laboral se ha vuelto mayor, inviertes menos tiempo en tus intereses y hobbies, la relación ha perdido ese vigor que la caracterizaba.
Son algunos ejemplos de quejas cotidianas. No obstante, obviamos reiteradamente pequeños detalles, aparentemente superfluos a primera vista. No apreciamos lo suficiente las personas y circunstancias que hacen de nuestra vida mejor.
El agradecimiento no es solo un estado emocional de felicidad, es una mentalidad. Orientamos nuestros esfuerzos y perspectivas a observar los indicadores positivos en los distintos aspectos de nuestra vida.
Esta virtud de ver las cosas con matices más alegres predispone a evaluar las cosas de una manera positiva, a su vez incrementando la satisfacción con nuestras vidas. Se desconoce los mecanismos psicológicos que conectan una a la otra.
Entre las hipótesis sugeridas, tenemos la teoría de la ampliación y crecimiento (del Inglés, broaden-and-build theory). De manera resumida, la teoría expresa que cuando una persona percibe a una situación actual como un “regalo”, experimenta emociones positivas.
Susodichas emociones protegen a la persona de una miríada de desórdenes psiquiátricos, aumentando la calidad de vida de la persona.
Este bienestar físico y emocional crea un ciclo, donde las buenas emociones inclinan a la persona a tomar decisiones saludables y responsables, incrementando nuevamente su satisfacción en la vida.
Eleva los niveles de energía
Si volvemos al punto anterior, sobre la correlación positiva entre la gratitud y la satisfacción que sentimos en nuestra vida, podemos observar el impacto emocional que el agradecimiento tiene en nuestras vidas.
Al sentirte bien contigo mismo y los eventos que te rodean, eres más propenso a experimentar emociones positivas, levantando tu ánimo y, por ende, tus niveles de energía.
Los trastornos psiquiátricos, tales como la depresión, o estados de ánimo tales como la tristeza, se caracterizan porque la persona siente astenia, que es la falta de energía para cumplir cualquier tarea, por insignificante que sea.
Por otro lado, la energía emocional que recibimos al comenzar a observar las cosas y situaciones, por imprevistas e inconvenientes que puedan llegar a ser, positivamente, nos impulsará a actuar de un modo positivo.
Fortalece el corazón y el sistema inmune
Las personas con mayor grado de satisfacción en su vida y un mayor grado de felicidad, son menos proclives a padecer un número de patologías, tales como las enfermedades cardiovasculares o metabólicas.
La relación entre ambos fenómenos es un tanto indirecta. Los trastornos psiquiátricos, el estrés y los malos hábitos son algunos factores predisponentes para el desarrollo de enfermedades tales como la aterosclerosis.
El estrés también inhibe las funciones de las células inmunitarias. Al experimentar una sensación de bienestar, ya sea mental o física, que es característico de una persona que practique la gratitud diariamente, estos factores de riesgo disminuyen.
Además, la persona es más probable que adopte consciencia de sus decisiones, cómo afectan su salud y decida adoptar hábitos más saludables, evitando el estrés, tabaco, alcoholismo y demás.
Reduce el estrés, ansiedad y depresión
La práctica diaria del agradecimiento genera en nuestra mente una serie de hábitos mentales. Entre estos, se encuentra el sesgo de interpretación positiva. Este hábito hace que la persona sea más propensa a interpretar positivamente las situaciones.
Por ejemplo, digamos que fallaste una prueba. La realidad es inmutable. Pero sí puedes moldear como tomas la situación, puedes adquirir la experiencia para aprender de tus errores, reconocer que tienes mucho que aprender y aplicar soluciones.
En el otro extremo, la persona experimenta tristeza, se obsesiona con el resultado obtenido, impidiendo juzgar la situación de manera crítica. Allí nace la frustración y esta, al ser cumulativa, genera estrés y ansiedad en la persona.
Aumenta el autoestima y la confianza
La relación entre el agradecimiento y el bienestar de la persona también tiene un impacto en el autoconcepto y, por extensión, en la autoestima de la persona.
Dar las gracias por todo aquello que forma parte de tu vida promueve efectos positivos cognitivos sobre los negativos. Entre estos beneficios, es una mayor capacidad de formar lazos sociales y mantenerlos.
Estas actitudes tomadas favorecen la manera como se observa a sí misma. Deja de lado sentimientos de insuficiencia, inseguridad, estrés y ansiedad. Adopta pensamientos positivos, que fomentan la confianza en sus acciones y palabras.
Fortalece las relaciones interpersonales
Ser agradecido también contribuye a formar relaciones interpersonales, tales como las amistades. Dos estudios longitudinales publicados en el Journal of Research of Personality buscaban establecer un vínculo entre ambos.
Encontraron que los estudiantes que practicaban el agradecimiento al principio del semestre eran más propensos a recibir apoyo social por parte de sus compañeros al final del semestre, demostraban menores síntomas de ansiedad, estrés o tristeza.
Una posible explicación es la siguiente: si una persona agradece genuinamente la ayuda de otros y decide devolver este apoyo, de alguna manera u otra, la otra persona percibirá este agradecimiento.
Esta reciprocidad fomentará el vínculo social entre ambas personas, lo que a su vez estimulan las vías neuronales que fomentan la autoestima, la felicidad y el deseo de socializar con otros.
Aumenta la felicidad y el optimismo
Una buena autoestima, amistades sanas, adoptar estilos de vida saludables y pensamientos positivos, son algunos de los ingredientes necesarios para construir una mente feliz.
Cuando somos capaces de mirar más allá de lo negativo, reconocer que lo malo no es permanente o que no representa todo en tu vida, aprendes a ser un poco más feliz. Adoptas un mayor optimismo por ti, tus proyectos y acciones.
Incrementa la inteligencia emocional
Ser agradecido no significa ser irrealista o ignorar los eventos negativos del día a día. Simplemente, es una persona dispuesta a encontrar confort o felicidad en las pequeñas cosas de la vida.
Significa aprender a ser críticos e interpretar adecuadamente las situaciones. Es natural experimentar tristeza o estrés, pero el agradecimiento nos ayuda a ganar perspectiva sobre las cosas.
Cuando lo hacemos, evitamos caer en un espiral que culmina en distrés emocional o angustia. Este control sobre tus emociones y discernimiento crítico de lo que nos ocurre es un paso importante para construir la inteligencia emocional.
Aumenta el rendimiento académico y laboral
Personas felices, agradecidas y satisfechas con su vida poseen mayor energía y aplican hábitos saludables, que conlleva a un mejor estado de salud. Esto se traduce a mayores tasas de productividad, académicas o laborales.
En cambio, el estrés y la frustración disminuyen las habilidades cognitivas de la persona, tales como la memoria, el aprendizaje y la atención. Esto impacta el desarrollo y productividad de la persona en el trabajo o en su carrera.
Además, una persona agradecida es más proclive a formar vínculos y mantener relaciones sanas, condiciones indispensables en carreras donde el trabajo en equipo es imperante.
Ayuda a adaptarse a las circunstancias
Los contratiempos son inherentes en la rutina diaria, especialmente si nos embarcamos en grandes proyectos. Aprender a hacer frente a estos adecuadamente es casi una necesidad.
Una persona agradecida no centra su atención en lo negativo de lo ocurrido, ni en las consecuencias que acarrea. Busca una manera de aprender de las circunstancias, moldear sus habilidades y superarlas.
Contribuye a ser más conscientes y enfocarse en el presente
Es natural pensar en los eventos ocurridos, rememorarse positiva o negativamente, lo que pudimos haber dicho o hecho y lo que no debimos hacer. Lo mismo ocurre con el futuro, nos aterra la incertidumbre y las posibilidades.
Sin embargo, ser agradecido te trae al ahora. Lo que te rodea y lo que te afecta, para bien o para mal, te ayuda a apreciar los minúsculos detalles, imperceptibles si no prestamos atención, pero que hacen de nuestra vida más feliz.
Por ejemplo, que tu pareja sirve tu comida primero antes que la suya y deje para ti la porción más grande. Es un detalle pequeño, pero importante, que muchas personas tienden a no valorar.
¿Cómo podemos aplicar el agradecimiento?
Ser una persona agradecida no requiere de un cambio radical de personalidad. Sí requiere de un cambio, pero debe ser genuino y empieza desde las pequeñas cosas en la vida.
Las personas tienen diferentes maneras de dedicar las gracias a otros. Algunos son directos y lo dicen a la otra persona, otros adoptan enfoques religiosos, dedicando una única oración a la salud de la persona por la cual se sienten agradecidos.
Te mostraremos algunos de los métodos que puedes usar para aplicar, poco a poco, el agradecimiento.
Enfócate en lo positivo
Ser agradecido es ver las cosas desde un punto de vista más positivo. Indudablemente existen consecuencias negativas cuando algo ocurre, pero lo más importante es concentrarte en lo positivo.
Te ayudará a generar una perspectiva diferente, lo que a su vez puede facilitar construir respuestas acertadas, también nos evita el estrés generado al pensar en los aspectos negativos de las situaciones.
Concientizate del presente
Como ya lo habíamos dicho, pensar en el pasado o futuro es natural. Sin embargo, recuerda que existen personas en el presente, dispuestas a ayudarte. No todo es grisáceo, ni tristeza.
Para apreciar lo que los demás hacen por otros, solo se necesita detenerte un momento, dejar de lados todas nuestras angustias y observar detenidamente como los demás nos ayudan, de una manera u otra.
Si no obtuviste el trabajo que deseabas, recuerda tus potenciales, otras posibilidades de trabajo y que no te encuentres solo. Si tu relación ha acabado, recuerda todo lo demás que forma parte de tu vida, que anteriormente no veías.
Sé humilde
Para agradecer a otro genuinamente, se requiere de humildad. Reconocer la importancia de las personas cercanas a ti y lo mucho que significan para ti. Sin ellos, tu vida sería bastante diferente.
El agradecimiento no se limita a aquellos que conoces. La persona que sirve tu bebida en la cafetería que frecuentas requiere también de agradecimiento, para saber que su labor está siendo valorada.
Respétate y valórate
El agradecimiento es una virtud que puede ser practicada, justo como cualquier otra habilidad. Cuando desarrollas actitudes positivas sobre eventos no deseados, modificas también tu manera de actuar.
Mientras otros sienten ansiedad o menosprecien sus propios esfuerzos con pensamientos hirientes al no lograr sus objetivos, enfócate en encontrar aquello dentro de ti que no te gusta y cámbialo.
Adopta pensamientos positivos que refuercen lo importante que eres. Un error no te define y, por desafortunado que sea, debes superarlo y convertirte en una mejor persona para lograrlo.
Demuestra respeto y valor por los demás
No solo debes agradecer a los demás, sino que también debes dejárselo saber. Expresa libremente a tus padres, pareja, hijos o amigos lo mucho que significan para ti y lo que hacen por ti.
A las personas quienes trabajan para ofrecerte servicios o que hacen tu vida un poco menos ardua, de alguna manera u otra, requieren también agradecimiento.
Además, cuando observas que alguien menosprecia los esfuerzos de los demás, no vaciles es dejarles saber que merecen agradecimiento. Debemos fomentar un ambiente donde el agradecimiento debe ser la normativa.
Celebra los éxitos
Un éxito es cualquier logro, por grande o pequeño que sea. Un logro no se limita a recibir asombrosos ascensos, completar tu formación académica o cumplir tareas imposibles.
Un logro es simplemente completar algo que te propusiste hacer. Escribir 1000 palabras en una hora para tu ensayo, aprender a preparar un nuevo platillo, arreglar tu jardín, etcétera.
Agradece porque hayas sido capaz de completar esas tareas minúsculas satisfactoriamente, por las personas que lo hicieron posible y observaras como, poco a poco, verás las cosas con mayor positividad.
Agradece en voz alta
No tengas miedo de agradecer a alguien en público o agradecer a quien tú creas responsable por las cosas buenas que ocurren en tu vida.
Recuerda que las personas no son capaces de leer tu mente, debes dejarles saber que sí reconoces sus acciones y los agradeces por ello.
Practica la meditación
Una forma efectiva de meditación es la siguiente: al final del día, siéntate y escribe en una hoja de papel de 3 a 5 cosas por la cual te sientas agradecido. La idea de este ejercicio mental es estimular tu mente a pensar en cosas que usualmente ignoramos.
Cuando tu mente deja de lado los distractores usuales, comienza a percatarse de pequeños detalles y gestos por parte de otros. Del hecho que en tu vida se encuentran personas a las cuales te importan.
En este sentido, un estudio publicado en el Journal of School Psychology demostró que aquellos adolescentes que practicaron este método se sentían más satisfechos y felices con sus vidas que aquellos que no, incluso tres semanas luego.
Enfócate en lo que percibes a través de tus sentidos
El aire que respiras, el agua que sientes discurrir por tu piel, el alba y el atardecer que deleitan tu mirada son eventos comunes de nuestro día a día. Pero cosas que la mayoría de personas no agradecen por tenerlas.
Muchas de las cosas en nuestra vida se dan por sentado, cuando en realidad son cosas que, aunque pequeñas que sean, tu vida no sería la misma si no se encontrasen presente.
Aprende a agradecer todo lo que te rodea y todo lo que percibes con tus sentidos. Son pequeños regalos que la vida, la naturaleza, un ser superior, o simplemente la suerte, nos proporcionan y debemos dar agradecimiento por ello.
Importancia del agradecimiento
El agradecimiento favorece nuestra vida de muchas maneras, de las cuales tal vez desconozcas.
Favorece el bienestar físico y mental, reduce el riesgo a enfermedades crónicas, estimula nuestro sistema inmunitario, disminuye el estrés y ansiedad, que aceleran el proceso de envejecimiento y, en general, son nocivos para tu cuerpo.
Desde el punto de vista psicológico, una persona agradecida tiende a ser más feliz, desarrolla habilidades cognitivas favorables, favorece la socialización con otras personas y, al sentirnos más satisfechos con nuestra vida, nuestra productividad aumenta.
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