¿Cómo desarrollar actitudes positivas ante la vida?

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Vivimos en un mundo donde las prioridades están invertidas. Dónde estamos acostumbrados a poner el foco en ser productivos, mientras nos descuidamos a nosotros mismos. Nos negamos a escucharnos, dado que nos parece una pérdida de tiempo.

Sin embargo, en ese vaivén olvidamos lo más fundamental, que es que si no logramos habitarnos llegará un momento en el que todo lo que nos importa pasará a un segundo plano. Ya que el negar el cuerpo y alma, hace que descuidemos aquello sin lo que no podríamos vivir, nuestra salud.

Es este contexto donde intervienen las actitudes positivas, las cuales tienen una influencia inimaginable en todo lo que conforma nuestro ser.

A continuación, te presentamos un artículo donde podrás conocer la importancia que tienen las actitudes positivas para una vida en bienestar, así como una lista de recomendaciones para que aprendas a desarrollarlas efectivamente.

¿Qué son las actitudes positivas?

Una actitud positiva es la capacidad de afrontar una situación enfocándose en los beneficios y enseñanzas de la misma. Es básicamente enfrentarnos a la realidad de una forma sana y desapegada, sin criticarla ni juzgarla.

Debes entender también que es normal sentirte mal, desanimado o triste pero ello no es excusa para no levantarte. Debes aprender a amar y aceptar cada una de tus emociones sin aferrarte a ellas.

Recuerda que, tal como dijo el filósofo Heráclito, el devenir es lo único permanente, mientras todo lo demás fluye y se encuentra en constante cambio.

Actitudes positivas que incrementan el bienestar

Afrontar la vida con una actitud positiva y optimista, hará que puedas llevar una buena salud tanto mental como física. Gracias a que el cuerpo de una persona feliz responde de manera saludable.

Esto ha sido convalidado por la ciencia, ya que varios estudios demuestran que aquellos pacientes que tienen un grado más alto de optimismo tienen mayor grado de respuesta a los tratamientos y mejores resultados.

Por ello, debes aprender a mirar las cosas de otra manera para poder desarrollar actitudes positivas y recuerda que después de todo no hay nada más importante que estar saludable.

Agradecer siempre

En esta vorágine desenfrenada que es la vida, solemos olvidar ser agradecidos. Para la filosofía Hawaiana, el o’ponopono, el agradecimiento es uno de los sentimientos más poderosos que existen.

Cada situación que afrontamos, ya sea una experiencia positiva o una mala experiencia, es necesaria que nos acerca a un logro o nos deja una enseñanza.

Recuerda ser agradecido, y frente a un mal trago aprende a mirar las pequeñas cosas y encontrar el pequeño diamante que se encuentra escondido.

Un buen ejercicio es levantarte por las mañanas y agradecer y saludar al Sol, la vida o a quién consideres por el simple hecho de existir en este momento presente.

Asumir los errores sin victimizarse o culpabilizarse en extremo

Según el escritor Milan Kundera, el hombre nunca puede saber qué debe querer ya que sólo vive una vida. Es preciso entender que como humanos tenemos derecho a equivocarnos, pero que no debes juzgarte por los errores cometidos.

Ten fe que todo aquellas malas situaciones fueron necesarias, para que seas la persona en la que te convertiste hoy en día. Aprende a mirar a la cara a todas tus decisiones y a abrazarlas, ya que sin ellas hoy no serías la misma persona.

Te invito a que te cuestiones y analices si aquellas acciones de las que te arrepientes, son las mismas que te han dejado una valiosa enseñanza.

Liberarse de prejuicios

Llevamos repitiendo acciones y palabras de nuestros padres y los mismos las han estado imitando de sus antepasados y asumirlas como propias. Es momento de que te des cuenta cuales son tus creencias y valores, y cuales son simplemente una acción por repetición.

No te juzgues, todos afrontamos las mismas cuestiones ya que estamos aprendiendo a dejar los extremos y comenzando a entender los grises del medio.

Una acción sin conciencia y por imitación, es mucho peor que hacer algo malo pero con una buena intención. Recuerda que no debes juzgar ni ser juzgado ya que nadie es perfecto y después de todo, tal como dijo San Agustín, “errar es humano”.

Dejar atrás el pasado

El pasado ya sucedió. No podemos traerlo al presente ni rehacer las mismas acciones una y otra vez pensando en cambiar el destino, ni mucho menos aferrarnos a él. Tal como dice la frase del poeta Jorge Manrique, “a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Es importante entender la frase del punto de vista del artista, quien sugiere que simplemente pensar en el pasado como si hubiere sido mejor es una ilusión. Dado que, seguramente hayamos afrontado situaciones similares e incluso peores que las del presente.

Sin embargo hoy que nos encontramos ajeno a ese tiempo, lo hemos aprendimos a ver con otros ojos.

Enfocarse en el presente

El presente es lo único real, dado que el pasado ya pasó y el futuro siempre está un paso adelante. Debemos definir y elegir nuestras acciones con inteligencia. Aprender a disfrutar el presente, para ir creando el futuro que tanto anhelamos pero con cada paso que damos y disfrutando el camino que elegimos.

Un buen ejercicio para aprender a enfocarte en el presente, es conectar con la respiración y realizar meditación Vipassana que consiste en conectar con la respiración y dejar ir todo pensamiento o preocupación. Sin embargo, si alguno de ellos aparece sólo debes aceptarlo y soltarlo.

Fortalecer el amor propio

Aprendemos a amar a los otros, pero lo hacemos de una forma torpe y contradictoria ya que no hemos aprendido lo principal, a amarnos a nosotros mismos.

Si hay algo que hemos aprendido en este necesario confinamiento por la situación del COVID, es que sólo nos tenemos a nosotros mismos. O por lo menos, que para poder ayudar y colaborar con los demás debemos estar bien con nosotros mismos.

Quererte, es el primer paso para poder llevar una vida saludable y poder ofrecerle al otro una solidaridad genuina. Te sugerimos realizar la siguiente actividad: escribe aquellas cosas que te gustan y admiras de ti.

Resaltar las cualidades y virtudes

Entendiendo la virtud como a la disposición de las personas para obrar frente a determinados proyectos e ideales como el bien, la verdad y la justicia. Debemos pensar en cuáles son nuestras cualidades y virtudes y cómo podremos reconocerlas y darles forma.

¿Qué es aquello que te resulta noble de ti mismo?

Valorar lo que se tiene

Estamos acostumbrados a pensar y sentirnos como víctimas de un mundo donde nunca tenemos lo que queremos. Aprendemos a mirar lo que nos falta y no lo que hemos ido logrando. Nuestro foco está en la carencia, en nuestra mala suerte, o en los problemas a los que nos enfrentamos

¿Alguna vez pensaste qué pasaría si cambiaras el foco?. Comienza a valorar cada pequeño logro dado que todo aquello que hoy tienes es fruto de cada paso que has dado.

Disfrutar las pequeñas cosas

Pensar en grande es posible, sólo si aprendemos a disfrutar de todas nuestras decisiones y comenzamos a tomar una postura más activa en nuestras vidas.

Aprender de las malas experiencias y renacer de nuestras cenizas es crecer.

Plantearse metas y objetivos

Ningún sueño o proyecto se sostiene en el aire. Necesitamos plasmarlo en lo material y poner los pies sobre la tierra para llevarlo a cabo.

Ponte metas a corto y largo plazo. Primero fija un objetivo y luego las pequeñas actividades que deberías realizar para llevarlo a cabo. No olvides poner el foco en las metas y plazos cortos, ya que será la suma de ellos lo que te llevará al objetivo más grande.

Comunicarse de manera asertiva

La comunicación, es de vital importancia para llevar a cabo relaciones sanas y transparentes. El lenguaje no puede ser sólo interpretado y asumido por otro. Debemos ser claros a la hora de expresarnos y no dar falsas impresiones, ya que ello nos puede llevar a escenarios negativos o que no han sido buscados.

Aprende a comunicarte y decir lo que piensas frente a otros. Después de todo es mejor que aquellos que no resuenen contigo se alejen, antes que sostener algún tipo de vínculo meramente por costumbre.

Permanecer en entornos positivos

La energía es escasa y las personas, como todo en este plano, respondemos y resonamos por vibración. Aquellos entornos negativos pueden afectar nuestras emociones y por ende nuestra salud.

Procura rodearte de personas transparentes y formar vínculos sanos. La importancia radica en la calidad y no en la cantidad, ya que de nada sirve rodearte de personas con diversas facetas.

No debes juzgar, ni es necesario tomar drásticas medidas, pero debes aprender a poner límites. Después de todo cuidarte y elegir a aquellos con los que quieras relacionarte es amor para contigo y para los demás, ya que todos merecemos la sinceridad de los demás.

Recomendaciones para desarrollar actitudes positivas

El efecto mariposa es el poder de los pequeños cambios, donde algo tan simple e insignificante como el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán. En este caso, llevar una actitud diaria y positiva puede hacer que logres grandes cambios en tu vida. Tan enormes como impredecibles.

Para desarrollar una actitud positiva, debes primero pararte firme y entender que sólo tú tienes el poder de decidir cómo vivir tu vida. Comienza a tomar un lugar de poder y amor en cada una de tus acciones.

Suprimir los pensamientos negativos

Seguramente piensas que es imposible suprimir los pensamientos negativos cuando todo parece ir mal. Sin embargo, suprimirlos no implica no tenerlos, sino que es simplemente el hecho de aceptar que hoy te sientes así pero mañana u otro día probablemente no te sentirás de la misma manera, puesto que todo es pasajero.

Repetir afirmaciones positivas

Al hablar decretamos. No por nada la palabra es tan recordada y venerada por las civilizaciones antiguas. Debemos acostumbrarnos que al hablar tanto con un otro como al hablarnos a nosotros mismos, pongamos el foco en aquello positivo. No citar meramente por repetición y conectar con nuestro poder creador.

Tener determinación y constancia

Nada se construye de un día al otro. Debemos tener paciencia y tranquilidad y entender que en el proceso todo es necesario. Para construir una casa debemos ir paso a paso, fijando los cimientos y poniendo ladrillo a ladrillo. En la vida sucede lo mismo.

Evitar los ambientes y personas tóxicas

Todo aquello que te haga daño, que te genere incomodidad o malestar no corresponde que esté en tu vida. Aprender a poner límites es un proceso de amor y cuidado para ti como para los otros. Recuerda sincerarte y elegir con quiénes te quieres relacionar y de qué manera.

No preocuparse por el que dirán

Aprendimos de nuestros padres o tutores, que la mirada ajena era importante e imitamos su comportamiento. Sin embargo, eso nos trajo más problemas que soluciones. Aprende a hablar lo que piensas y actúa siempre con coherencia a partir de tus creencias, deseos e individualidad.

Sonreír siempre

Al sonreír nuestro cuerpo genera endorfinas, dopamina y oxitocina; las primeras conocidas como las del placer y la última como la del amor. Al expresar nuestra sonrisa no sólo generamos estas sustancias, sino que también es probable que las personas por imitación sonrían con nosotros ya que somos seres sociales.

Por lo tanto, sonreír hará que el entorno nuestro se vuelva más positivo junto con nosotros.

Mercedes Mansilla

Mercedes Mansilla

Estudiante de Nutrición. Escritora hace 8 años y Fitness Coach hace 3 años. Interesada en nutrición, entrenamiento, neurociencia, psicología y cocina saludable.